lunes, 14 de enero de 2013

EL MEDIANO CUMPLE CUATRO AÑOS

SOBRE LO MUCHO QUE NOS ENSEÑAN NUESTROS HIJOS

¡Cuántas veces, en estos días pasados, tuve intención de ponerme al día con el blog! Tenía tantas ideas, tanto que decir y compartir sobre nuestras navidades, nuestras idas y venidas, el trasiego, el continuo trasnochar, el descontrol horario, la uva que el mayor dejó tras las campanadas, la invasión juguetil que casi nos hace plantearnos una mudanza, la sorpresa del roscón que sólo tardó dos horas en romper, la cabalgata de Reyes que no todos pudimos ver... ¡Tantas y tantas cosas! Pero el mundo no se detiene para que yo pueda teclear en el ordenador, y las cosas no se hacen solas, y el tiempo es limitado y escaso. Así que las palabras quedaron sin escribir, y los días fueron pasando, y hete aquí que hoy nuestro hijo mediano cumple cuatro años. Así que guardaré los temas navideños para otra ocasión, porque ¿qué mejor manera de empezar los posts de este año que con uno dedicado al segundo de mis niños?
Es un terremoto de ojos verdes y rizos salvajes. De carita risueña y espíritu libre. Pura alegría, pura energía, y pura bondad. Travieso y traste, como todos los niños; encantador y adorable, como pocos.
En estos cuatro años nos ha enseñado muchas cosas: que se puede ser un torete indomable y míster simpatía al mismo tiempo. Tener poca delicadeza, y derrochar encanto a raudales. 
Que se puede correr hacia adelante mirando hacia atrás, o hacia arriba, sin caerse y tropezando pocas veces, sin dejar de sacudir su melena, "porque yo lo valgo". 
Que se puede ir por la calle diciendo "¡hola!" a todo hijo de vecino, extraño o conocido, arrancando casi siempre una sonrisa y un saludo ante la efusividad de un gesto tan espontáneo como inesperado, tan improcedente como agradecido. 
Nos ha enseñado que da igual que sea un niño que hable como un niño, se comporte como un niño, y vista como un niño (nada de flores, ni estampados, ni pantalones cortos, ni medias ni pompones). Por muchos McQueenes, coches o dinosaurios que lleve (en la ropa o en la mano), siempre habrá quien lo tome por una niña, quien le mire las orejas a ver si lleva pendientes, y quien le diga lo guapa que es. 
Nos ha enseñado que no pasa nada por ser extrovertido, sociable y sincero, y que es bueno no tener vergüenza, ni prejuicios, ni malicia. Nos ha enseñado muchas cosas, y sé que lo seguirá haciendo.
Pero lo más importante que nos ha enseñado, y lo ha hecho desde el día en que nació, es que el amor de una madre (y de un padre, por supuesto) no se divide entre sus hijos, sino que se multiplica por cada uno de ellos*. 
¡Muchas gracias y feliz cumpleaños, muñeco!


*Esta frase no es mía, la leí por primera vez en un artículo de Laura Gutman, ya hace algunos años, y me encantó.


6 comentarios:

  1. Se te echaba de menos! Espero que tengas un buen año! Feliz cumple a tu hijo! Es muy guapo. Siempre aprendemos de los niños. Nosotros le enseñamos pero ellos a nosotros mucho también. Me gustó la última frase. Me la apunto sino te importa.
    Feliz semana!

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  2. Gracias, Alejandro! Es que de verdad que no tuve tiempo, pero uno de los propósitos de año nuevo es escribir con más asiduidad. Feliz año y feliz semana a ti también!

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  3. Mi comentario ha desaparecido :-( El ordenador hoy me odia!!!
    Como buena tía que soy, también me aplico esa gran frase y mi amor no se divide entre mis sobris, sino que se multiplica por cada uno de ellos :-)
    Besitoooooosss
    PD: Me ha encantado el artículo, como siempre!!

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    1. Así es como debe ser, y en tu caso doy fe de que es cierto!

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  4. Hola, Dario está muy guapo. Muchas felicidades, a él porque cumple cuatro preciosos añitos y a tí, por ese momento inigualable. Y que siga así.Muchos Besos.

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