SOBRE LA PERRA VIDA DE MUCHOS
NIÑOS
Mi hermana y su marido tienen un West
Highland White Terrier, uno de esos adorables perritos blancos y
pequeños, tan monos y fotogénicos. Se llama Yardi, y es el de las fotos que acompañan este post. Como buen Terrier, es un perro muy activo y muy
inteligente, no en vano lo describe la wikipedia con estas palabras: " Pese a que la mayoría son de tamaño pequeño, poseen un
carácter decidido, enérgico e inquieto, muy apropiado para la caza de ratas y
alimañas que fue su principal uso y para lo que fueron seleccionados." Como muchos otros
perros pequeños, Yardi es un poco chulito y macarrilla, de
los que plantan cara a perracos que les triplican en peso y tamaño (quizá
los confundan con una rata grande a la que hay que cazar).
Pues resulta que hace
tiempo mi hermana y su consorte decidieron llevarle, siendo aún cachorro, a
unas clases de adiestramiento. Allí coincidió con otros perros, uno de ellos
creo recordar que era un pitbull, y nuestro héroe canino –por supuesto- no
vaciló en enfrentarse a él. Suerte que tenían a la fiera bien amarrada, sino
igual se lo merendaba de un bocado, de hecho le propinó a Yardi un amago de mordisco y
hasta le arrancó un mechón de pelo :-( Hubo que separar al
pitbull del pobre gordiiiii!!! e incluso mi hermana tuvo que meterse en medio de ellos ante la
mirada impasible de otros dueños perrunos!
Volviendo al tema, las clases funcionaban en
plan refuerzo positivo de la conducta, y con el típico sistema de recompensas
inmediatas: premio por aquí, premio por allá, salchichita por aquí, galletita
por allá, caricia por aquí, palmadita por allá. También eran importantísimos
los comandos, es decir, órdenes claras y breves, dichas con tono firme y
enérgico, y en idiomas diversos, como “Sit!” (es decir, que te sientes),
“Platz!” (que te eches en el suelo), y “¡Quieto!” (que te estés quieto, claro)
entre otras (a diferencia de los humanos, parece que los canes ya nacen
sabiendo inglés, alemán y español –¡son trilingües!, qué envidia me dan, los
muy perros). El adiestrador les comentaba que lo idóneo, por supuesto, era
“educar” a los perros cuanto antes, “mientras la vara está verde”, para así
poderla enderezar, supongo.
Y a qué viene todo esto, os
preguntaréis. Pues está bien claro, ¿no? Mirando alrededor no resulta difícil
reconocer a padres que educan a sus hijos como quien adiestra un cachorro, o
qué digo, mucho, ¡muchísimo peor! Los dueños de los perros, por lo general,
tienen auténtica devoción y auténtico amor por sus amigos peludos, y
ciertamente hay veces que cuesta distinguir ese amor en algunos padres que
hacen de todo (bueno y malo) “para educar al niño”. Son padres que piensan que
educar es “lograr que el perro niño identifique un comportamiento que nos agrada y lo repita cuando le
damos una determinada orden*.” ¿Esto no os recuerda a la Supernanny?
Padres que luego se saltan
la segunda parte: “Esto se logra
premiando al animal niño cada vez que realice la acción correcta y nunca
castigándole cuando no lo haga*.”, porque para eso están la silla o el
rincón de pensar, el hacer oídos sordos a sus llantos y el ignorarles
totalmente “hasta que nos lo pidan bien”.
Porque al niño también hay
que educarle “mientras la vara está verde”, no vaya a ser que tenga un criterio
propio, no vaya a ser que difiera de nuestras opiniones, no vaya a ser que no
nos obedezca ciegamente y sin razonar. No
vaya a ser que se comporte como un niño, en vez de cómo un adulto en
pequeño. A ver si se va a creer que se va a salir siempre con la suya. Faltaría
más. A comer todo lo del plato aunque lo vomite, a dormir solo en su habitación
aunque se muera de miedo y se haga pis encima, a no prestarle atención aunque
se deshaga en lágrimas. Si entra por el aro, muy bien, caricia y galletita; y
si no, pues a aplicarle el correctivo correspondiente, cuanto más duro mejor,
porque así sabrán que con nosotros no se juega, que con nosotros no hay
segundas oportunidades, que con nosotros no van a poder.
Así que, visto lo visto,
desde aquí propongo la supresión y retirada de todos los programas de
televisión, radio, internet, libros, revistas, panfletos y demás material
conductista sobre crianza y educación de niños, y su sustitución inmediata por
los correspondientes cursos de adiestramiento canino. Que se vaya Supernanny, y
que en su lugar pongan al Encantador de Perros. Muchos niños, triste y
seguramente, saldrían ganando.
P.S. El perro de mi hermana
fue “desescolarizado” prematuramente después de 2 ó 3 meses, y lejos de
convertirse en un salvaje o un delincuente perruno, yo lo encuentro el perrito
más encantador, educado, y amable del mundo.
*Tomado de
http://www.i-perros.com/adiestramiento-perros-general.html
La vida ya nos da bastantes palos, metafóricamente hablando, para que nosotros lo utilicemos innecesariamente. Creo que a un niño se le tiene que hablar en su vocabulario, con palabras que entiende, acercarte y dejar también que se exprese. Todo no van a ser normas. La vida no es un ejército. Algunas cosas si hay que tenerlas claras y formar al niño, porque si no sabemos nosotros guiar, apaga la luz y vámonos, pero eso es una cosa y otra es que todo esté dictaminado. El niño tiene que ser libre y no por eso se va a convertir en un niño salvaje. Muchas veces se acota al niño por el miedo a que se "cree" que pueda pasar eso y no se pueda luego "dominar" al niño. Vaya estupidez!
ResponderEliminar¡Exacto! Como bien has dicho, la vida no es un ejército, pero hay muchos padres que parece que viven en una guerra continua con (o contra) sus hijos. Es que si no eres un "sargento", eres un padre blando y "malcriador". Muchas gracias por tu comentario :-)
ResponderEliminarLa verdad es que es triste, pero creo que trato y educo mejor al perrito que algunos "padres" tratan a sus hijos"padres" porque eso dice el libro de familia... no por otra cosa :-(
ResponderEliminarMenos mal que todavía quedan padres que educan a sus hijos con valores, basándose en la educación y el respeto mutuo. Las diferentes formas de maltrato psíquico y físico a los niños, siguen al orden del día, para desgracia de todos...
Pues sí, pero lo peor de todo es que esos padres-adiestradores se creen que están educando correctamente a sus hijos, y con las excusas de "lo hago lo mejor que puedo", "no les falta de nada", y "yo les quiero mucho", siguen teniendo carta blanca. Porque ya se sabe, "a mí nadie me dice cómo educar a mis hijos" (aunque les esté causando un trauma que les perjudicará y acompañará toda la vida).
ResponderEliminares completamente cierto, yo creo que es más dulce el encantador de perros que la supernanny, porque dicho sea de paso Cesar Millán tiene hijos... pero la super nanny no...
ResponderEliminarBesos y acertadísimo tu post
@mamiandbaby
Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado! Un beso:-)
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