DE LO CONFUSO QUE PUEDE RESULTAR EL CONCEPTO DE BONDAD
Reconozco que el tema de la bondad me preocupa sobremanera, será por la cantidad de mala gente que anda suelta por ahí sin correa ni bozal. Hace varios meses escribí un post al respecto (¿Queremos niños buenos?), pero no se adecuaba exactamente al espíritu de este diccionario, así que vamos a escribir uno nuevo.
Antes de ser madres, tenemos muy claro qué significa ser bueno y qué no. Bueno es alguien que tiene bondad, es decir, una inclinación natural a hacer el bien, a ser amable y apacible de genio. Malo es lo opuesto: alguien nocivo, dañino, injusto, desagradable y molesto.
Pero cuando somos madres, o abuelas, o simplemente cuando tenemos a un niño cerca, pienso que muchas veces se nos activa una especie de chip, un extraño mecanismo que nos lleva a confundir el tocino con la velocidad, el ser bueno con el portarse bien. Y no es lo mismo ni de lejos.
Un niño bueno no es necesariamente el que se come todo cuanto le ponen por delante, ni el que duerme la noche del tirón, ni el que cuida mejor los juguetes, ni el que siempre contesta con educación cuando le preguntan. No es el que nunca grita, nunca rompe el pantalón por las rodillas, nunca coge un berrinche, y nunca llora. Esto es un niño que se porta bien, o en otras palabras, un niño que se ha sometido rápidamente a esas normas de urbanidad y cortesía de las que los adultos somos esclavos.
La bondad es otra cosa.
Un niño bueno es desinteresado, noble y sincero. Muestra empatía, y no rechazo; cariño, y no desprecio. No se aprovecha de los demás, no se burla, no insulta ni margina. Y todo esto se puede hacer aún comiendo mal, siendo bruto, desordenado, e inquieto.
Y que nadie se crea eso de "todos los niños son muy crueles", porque no es cierto. Todos no. Los hay crueles y despiadados, malos y venenosos, porque así lo han aprendido de sus padres. Pero por supuesto que hay niños buenos, de corazón puro, sin malicia ni mala leche.
Por eso, como persona adulta, me esfuerzo por distinguir y dejar clara la distinción entre ser un niño bueno y un niño que se porta bien. Y como madre, siento que mi obligación es procurar que mis hijos sean, en primer lugar, buenos. Y en segundo, tercero, o quizá cuarto lugar, que se porten bien.
Hola,
ResponderEliminarMe ha parecido esencial la distinción que has hecho entre ser bueno y portarse bien.
Creo que ahí está la clave. Queremos que nuestros niños sean buenos, buenas personas e intentamos educarlos para esto. Luego, evidentemente, habrá momentos que se porten mal, o simplemente no de la forma que nosotros esperamos que lo hagan y que está establecido como bien.
Y es importante decírselo, que no se ha portado bien, pero nunca que es un niño malo.
Salu2
Es un tema delicado, porque incluso nosotros mismos a veces caer en eso! Yo intento tenerlo muy claro y evitarlo a toda costa! Gracias por comentar:-)
EliminarLa de peleíllas que he tenido yo para intentar dejar clara esa distinción que haces tú hoy... Y aunque muchas veces caiga en saco roto para los demás, me doy con un canto en los dientes si mi hijo entiende que dejarse comida en el plato no es ser malo. Que luego la etiqueta "malo" le puede acompañar el resto de su vida, y eso sí que no...
ResponderEliminar¡Besotes, guapa!
PD: Voy a leerme tu otra entrada, que seguro que tampoco tiene desperdicio ;-)
¡Eso es lo peor! Que le quede el sambenito de malo, o tonto, o cualquier otra etiqueta estúpida! Un beso y gracias por tus palabras:-)
EliminarCuánto daño hacen las etiquetas, ¿verdad?
EliminarPor cierto, leí tu entrada "¿Queremos niños buenos?" y recomiendo encarecidamente a todo aquel que lea tu aportación a la #AZdelamaternidad que la lea también porque está genial.
¡Besotes, guapa!
¡Muchas gracias! (luego te hago llegar el sobre, aunque últimamente Bárcenas se queda con todos:-P) Un beso:-)
EliminarMuy buena la matización, a ver si la gente deja ya de confundir los términos. No soporto que cataloguen a un niño de "bueno" porque come o duerme, aggggg, que rabia me da!! Mi suegra es de las que más nerviosa me ponen con esa palabra, cada vez que ve a la niña, le pide un beso, y como ella pasa de dárselo, ella le dice que es una niña mala. Un día le salto a la yugular.
ResponderEliminarAbrazos
Qué pesados con los besos! ¿Acaso los mayores reparten tan alegremente los suyos? Los malos son ellos!
EliminarUn beso:-)
Qué falta de amor tiene tu suegra que lo va pidiendo. El beso se da, no se pide. ; )
EliminarMe ha gustado tu diferenciacion entre ambos conceptos. Yo creo que todos los niños, sin excepción, son buenos... otra cosa es que las circunstancias o la educación que reciban les afecte de manera negativa... Pero qué niño pequeño tiene mala idea, malas intenciones, desprecia o humilla a los demas?
ResponderEliminarMe refería a niños a partir de 5-6 años, que te garantizo que sí saben marginar, despreciar, insultar, obrar con malicia y hacer daño aposta a los demás (aprendido de sus padres/entorno, etc.). Con edades más tempranas, por supuesto que no!
EliminarHas clavado mis pensamientos. Me chirría tanto cuando dicen de un niño "es que es muy malo" o te preguntan "¿es bueno tu hijo, duerme bien?". Son cosas muy distintas ser bueno y portarse bien como bien explicas y yo llevo "evangelizando" sobre ese tema desde que me convertí en madre. Y máxime cuando llegó la segunda que es ese tipo de niñas buenas (nobles, cariñosas, empáticas, de gran corazón) pero revoltosas, inquietas, trastos. Si supieran el daño que se hace a un niño al decirlo que es malo...
ResponderEliminarClaro, porque los niños lo van copiando e interiorizando! Luego andan diciendo por ahí "soy malo", o llamando "malo" a otros. Por si no nos llegase educar a nuestros niños, tener que andar educando a algunos adultos!
EliminarPor cierto, tu segunda es como mi Mediano! Un buenazo, pero un terremoto. Besos:-)
Ufff, qué palabras tan sabias... Como dice Bego, se hace muchísimo daño etiquetándolo de malo cuando en realidad es simplemente inquieto, movido o revoltoso.
ResponderEliminarMe has hecho un bien inmenso, casi un soporte, porque tengo un Comino y precisamente hoy le he dedicado mi entrada en el carnaval.
Gracias, tu entrada y la mía van de la mano, niña!!!! ;)
Un besote.
Ya la he leído, y como ya te he dicho, mi Mediano también es un Comino de la vida! ;-) Un besazo
EliminarJajaja... (me río por el último comentario de aquí mi gemelo 2.0). Ya te lo han explicado todos arriba... No voy a reiterar lo mismo, puesto que lo suscribo por completo.
ResponderEliminarYo añadiría otro matiz... Una cosa es portarse bien, que depende de la conducta voluntaria del niño, y otra cosa muy distinta es su grado madurativo.. Es decir, que un niño que se hace pis o se despierta por las noches, no se porta mal. Simplemente no ha adoptado el control de esfínteres o los ritmos de vigilia y sueño propios o no de su edad.
Genial y NECESARIO post!!!
Pues si te digo que he visto (con estos ojitos) a padres llamarle malo y tonto a su hijo porque con dos años recién cumplidos aún llevaba pañal, y por si fuera poco, animaban a su hermano (poco mayor que él) para que también le insultara. No es de extrañar que a día de hoy, con pocos añitos más, no se lleven nada bien!
EliminarUn beso, comadre Trimadre! :-)
Si todo el mundo tuviera esa visión tuya de la bondad de los niños, si no se etiquetara y estigmatizara a los niños, si criar niños buenos fuese nuestra prioridad...cómo cambiaría el mundo!!! Y sobre todo, los peques serían más felices, estoy convencida. Gracias por compartirlo con nosotr@s. Besos
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por tus palabras, Carol! Un besazo:-)
EliminarEstamos en el mundo de las etiquetas. Y sabes por qué. Porque es más fácil etiquetar que conocer a una persona que requiere más tiempo.
ResponderEliminarLos niños son niños y ni hay buenos ni malos. Lo malo si es que hacen algo que se puede calificar malo, es el acto, no el niño. Muchas veces se juega a etiquetar cuando tal vez el niño está haciendo una travesura o simplemente explorar.
¡Tú lo has dicho! Es más fácil etiquetar (el tonto, el listo, el malo, el bueno...) que molestarse en conocer a alguien! Un beso:-)
Eliminarme encanta la distinción que haces entre ser bueno y portarse bien. Muy buena la descripción :)
ResponderEliminarGracias! Y es que, como ya dije antes, a veces también se me escapa a mí, y me enfurezco conmigo misma, y me preocupa! Un beso:-)
EliminarAy pero qué pena! Te había dejado mi comentario ayer y se ve que no te lo envió!!!
ResponderEliminarVoy a tratar de volver a decirte lo mismo o parecido!!!
Concuerdo 100% con esta entrada... B de bondad! Muchos confunden ser bueno (amable, solidario, perceptivo, sincero) con portarse bien (ser sumiso, dominado, aceptar órdenes) y eso es muy nocivo para l@s niñ@s.
Yo no quiero una hija sumisa, yo quiero una hija buena con carácter para defenderse de las injusticias. Una hija libre en pensamiento y decisiones (y en esto proyecto a futuro). Una hija sensible y solidaria. Una hija respetuosa pero que se hace respetar. Yo quiero una hija feliz. No quiero una hija frustrada. Que juegue, se ensucie, haga líos y berrinches porque eso es parte de su crecimiento!!!
Porque como dice el nombre de tu blog niños felices son niños buenos!!!
Me encantó... es un tema para reflexionar largo y tendido.
Un besote desde mi Buenos Aires querido...
Muriel y yo
¡Muchas gracias por tus palabras, Pao! Me alegro de que estés de acuerdo. Yo tampoco quiero niños "domesticados" ni "amaestrados", sino buenos de verdad, y no resignados, ni frustrados (como muy bien has dicho tú), sino felices de verdad! Un besazo enorme desde Galicia (por cierto, no sé si sabes que aquí a la Argentina se la conoce como "la quinta provincia gallega", por la cantidad de gallegos que emigraron allá) :-)
EliminarNo, no lo sabía!!! Argentina es tierra de Gallegos, de Napolitanos y Calabreses.
EliminarEspaña e Italia se unieron en Buenos Aires jejeje
Un abrazo Isabel!!! desde la quinta provincia gallega :)
Me encanta el tema que has propuesto: la bondad. Siempre digo que hace falta menos "titulitis" y más buenas personas. Para ello conviene educar desde el principio y todo lo que dices lo suscribo de principio a fin. Curiosamente en la sección "Asi soy yo" de mi blog hago referencia a todo esto que me comentas (en lineas mucho más generales).
ResponderEliminarHace poco leí que la pregunta de "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?" está mal formulada, que debería ser: "¿qué hijos le vamos a dejar a este mundo?
Lo de la "titulitis" me enferma! Tendré que echarle un ojo a tu blog! Y respecto a la pregunta de qué hijos le vamos a dejar a este mundo... miedito me da, visto lo que hay por ahí! Un saludo:-)
EliminarPues poco más que añadir a todo lo dicho por tí y por mis compis de arriba.
ResponderEliminarEsforcémonos por educar niños buenos, y que el día de mañana sean buenas personas.
Un abrazo
¡Exactamente! Un beso :-)
EliminarQué razón tienes!!! Los niños buenos no tienen por qué portarse bien, pero no por eso dejan de ser niños buenos. Y los niños malos, que los hay, son porque lo han aprendido de sus padres ( al ser su ejemplo) . Me ha gustado mucho tu post!!!
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado! A mí es que es un tema que me preocupa un montón, porque no quiero que mis hijos el día de mañana sean mala gente. Besos:-)
EliminarEs muy triste que la gente no diferencie lo uno de lo otro, y sobre todo que lleguen a "premiar" comportamientos que se alejan de la bondad y que sólo son un reflejo del egoísmo, la maldad y la mala educación.
ResponderEliminarMuy interesante!! lo comparto :-)
Luego nos sorprendemos de cómo está la sociedad de hoy en día :-(
EliminarGran post. Nada más que añadir a lo que ya han comentado. Aportaré mi granito de arena para que mi niño sea buena persona, independientemente de que se porte bien o mal (aunque espero que sea educado)
ResponderEliminarUn saludo!
Muchas gracias! Un beso:-)
EliminarNuestros hijos son el reflejo de lo que ven en casa, y como bien dices, todos los niños nacen buenos, porque son almas nobles, pero sus entornos los moldean y de ahí es que salen los niños crueles o bullys... en nuestras manos está su futuro, que tarea tenemos, eh?
ResponderEliminarbesos
No es pequeña, no! Pero con nuestro amor y nuestro sentido común seguro que lo lograremos:-) Un beso
EliminarHola María Isabel,
ResponderEliminarLa diferencia que adviertes entre ser buenos y portarse bien es básica. Lamentablemente se exige muchas veces que nuestros hijos cumplan ciertas normas de urbanidad desde edades en las cuales no están preparados para ello. No entiendo por qué se espera que se comporten o actúen muchas veces como adultos.
Me gusta que enfatices en el hecho de que no todos los niños son crueles, porque es lo primero que nos dicen cuando van a ir al jardín o al colegio y no es así.
Un abrazo!
Madre Solo Hay Una
http://madresolohayuna.com/
Yo creo que esperan que se comporten como mayores sencillamente porque es más cómodo para los adultos!! No debería sorprendernos, pues vivimos en una sociedad egoísta a más no poder...
ResponderEliminarUn beso:-)
Muy buena distinción, me ha gustado. La bondad escasea en nuestros días...quizás porque no todo el mundo se para a pensar como tú lo que esta implica. Es cierto que hay niños que aparentemente se portan de forma modélica y luego sus intenciones descubres que no son buenas. Yo lo veo en el aula, niños ejemplo que luego de forma sutil se meten con sus compañeros. Y estas actitudes se aprenden en casa, de los padres, de sus modelos más directos. Soy de las que piensan que hay que enseñarles humanidad, por encima de todo.
ResponderEliminarBesos.
¡¡¡Ven a darles clase a mis niños!!! Lo triste es que a muchos padres les preocupa más el expediente académico que la educación como personas:-(
EliminarUn beso.