Cerca del colegio hay un kiosco de prensa. Antes de recoger a los niños, me gusta dar una vuelta alrededor de él, y echar un vistazo a las revistas que no voy a comprar. Mi atención la reclaman las portadas de las publicaciones sobre cine, música y cotilleo. Y allí es donde las veo. Las madres del "famoseo" más burdo y recalcitrante, madres de kiosco.
Señoritas cuyo único mérito en la vida ha sido "liarse" con un personaje famoso-famosillo-famosete y ¡albricias! haberle hecho padre (probablemente) sin su beneplácito. Antaño estas señoritas recibían otros nombres, pero hoy en día son aspirantes a top model, o a actrices, o concursantes de reality que, pobrecitas, también tienen que buscarse la vida. Y claro, no se les ocurre hacerlo por el camino largo y difícil, como el común de los mortales, sino por la vía rápida de la paternidad no deseada, y la maternidad buscada intencionalmente con premeditación, alevosía, y puede que nocturnidad.
El embarazo como pasaporte a la pseudo-fama, el parto como salvoconducto a las exclusivas, y la vida de un niño como trampolín y puente al mundo de la crónica rosa. Qué asco de circo.
Veo a esas señoritas dárselas de madres-coraje en las portadas del kiosco, y se me revuelven las tripas pensando en lo injusto de la vida. Cuántas parejas normales no pueden ver cumplidos sus sueños de paternidad, y esa gentuza mercadeando con bebés, usándolos como el cebo en el anzuelo. Individuas a la caza de una semillita que germine en sus vientres, para así "atrapar" al macho que les garantice la vida fácil. El viejo truco de siempre, usado por las que ahora se las dan de mujeres modernas, independientes, liberadas, fuertes y con carácter (repito que antes tenían otro nombre). Todo por el cochino dinero, por la supuesta fama, y por el reconocimiento popular.
Atrás dejo el kiosco, con una mezcla indescriptible de indignación y hartura, asco y tristeza, pena y preocupación. ¿Qué pensarán esos hijos de sus madres el día de mañana? ¿Qué pensarán ellas mismas dentro de unos años? Pues puede que nada, habiéndose creído sus propias mentiras, habiendo crecido en el circo rosa, habiendo sido educados en la cultura de la falsedad y la apariencia, el golferío y el braguetazo, el poder y la supremacía del dinero por encima de todo, dignidad incluída.
Atrás quedan, con sus hijos mal buscados y bien paridos, sus sonrisas fingidas y sus titulares estúpidos, las madres del papel cuché, inequívocas representantes de la maternidad de kiosco.
Hola Isa!!! Que terrible lo que contás... la verdad me dan mucha pena las mujeres que utilizan un embarazo para saltar a la fama o para trepar quién sabe a qué. Será porque para mí un hijo es un tesoro y a la vez una gran responsabilidad moral... porque su vida está en nuestras manos. Nos hacemos cargo de su luz al nacer... Lamentablemente, hay de todo en esta viña pero no deja de angustiarme el destino de esas criaturitas rehenes...
ResponderEliminarUn besote, che!!! :D
Claro que son un tesoro, y una responsabilidad enorme! Pero parece que hay gente con tantos pocos escrúpulos que les da igual mercadear con algo tan sagrado como un hijo! :-(
EliminarY por cierto, que me encanta cada vez que te leo la expresión "me hice cargo de su luz", es tan bonito y tan pleno de significado!
Un besazo enorme, Pao :-)
No solo se quedan en papel ni en la televisión las hay mas cerca de lo que piensas esas madres que tienen hijos por el que diran por aparentar o por los rumores, o esas madres que los tienen pero como si no que van al parque y les sueltan alli como si de salvajes se tratasen y ellas a la charla sin saber si estan bien o no .... a mi también me ponen enferma tanto las unas como las otras .... Besos
ResponderEliminar¡¡¡Uf!!! De esas madres no me hables que me caliento, y luego se nos enfadan y nos llaman intolerantes por juzgarlas!!!
EliminarUn beso!
Wow! Excelente crítica. Esto de los hijos sorpresa del famoseo está alcanzando cotas preocupantes... Comparto tu visión pero ¿sabes qué? Yo me he dado cuenta de que a la maternidad se puede llegar por caminos diversos. Una misma persona, en diferentes momentos de su vida, puede encontrarla sin haberla "buscado" y, a la inversa, buscar esa maternidad y no encontrarla. Creo que es una experiencia que nos cambia para siempre, y que nos cambia a mejor. Estoy convencida de que sea cual sea el camino que te llevó a la maternidad, esa experiencia va a sacar lo mejor de ti. Cada uno en su medida. Por lo menos, es lo que quiero creer. Me he ido por la ramas...
ResponderEliminarTienes razón, también quiero pensar que la maternidad saca lo mejor de cada una (aunque a los cuatro meses de parir las susodichas señoritas aparezcan retozando al sol con otro fulano, mientras se pelean en los juzgados por la custodia del retoño con el famoso padre biológico. Como decía mi hijo mayor cuando no pronunciaba la "s": ¡Qué aco!))
EliminarMe encanta que la gente se vaya por las ramas :-D
Un beso!
No puedo estar más de acuerdo, Isa, y desde luego me sumo a tu crítica y al rechazo a cualquier tipo de mercamadreo. Es terrible que la frivolidad pueda alcanzar a un hijo, ¿verdad? Pero les pasa a muchas personas, y no me refiero solo a las del papel cuché... También hay quien vive la maternidad desde un plano muy superficial, partiendo desde el mismísimo embarazo, que buscan solo por llenar un vacío o porque es "lo que toca" o por tapar cualquier tipo de crisis. Yo también me voy por las ramas... Y también deseo que la maternidad plena finalmente les toque el alma a todas estas personas, que obre su magia y aprendan a amar por encima de sí mismas. Algunas lo conseguirán, seguro!
ResponderEliminarExcelente post y muy buena elección de palabra.
Un beso!
De esto mismo hablaba Aída, de que "están entre nosotros", más cerca de lo que pensamos, y ya lo sé, que bien las veo (y las vemos), pero ya sabes que si dices algo de otra madre "común" te saltan a la chepa en plan qué intolerante, quién eres tú para juzgar, bla, bla, bla. Pero la gente que tiene hijos por tener, por presión social, porque en su grupo de amigos todos los tienen, para cumplir... muchos sin duda que son tocados por la magia de la maternidad, como tú dices, pero a otros se les ve tanto el plumero de que los hijos les estorban... :-(
EliminarBesos!
No me había parado a pensarlo de ése modo... pero es verdad!
ResponderEliminarYa verás como dentro de unos meses vas a ver TODO desde otra perspectiva muy diferente, y si no ya me dirás ;-)
EliminarUn beso!
Es muy triste ver que a toda esa gente le importa muy poco hacer lo que sea con tal de estar en todos esos saraos!!
ResponderEliminarLo que hagan algunas con su vida es asunto suyo, claro, pero lo que le hacen a sus hijos no tiene nombre... no hay más que ver la vida ejemplar que le han dado a Paquirrín y compañía para ver el hombre de provecho en el que se ha convertido.
Lo triste es que la escasez de valores morales está de moda, y el todo vale para conseguir pasta es lo que mueve a esta gente. Pena penita pena...
Todo por la pasta, ése es el resumen de las vidas de mucha gentuza! Y del Paquirrín y de las señoritas que se le arriman mejor no hablo más, pues justamente a ellos (como representantes de muchos otros) me refería con este post!!!
EliminarMenuda fauna :-(
Es una lástima estas chicas de kiosco.
ResponderEliminarSe olvidaron del verdadero sentido de la maternidad.
Una maternidad deseada, querida....para muchas parejas tan inalcanzable.
Y lo peor decidieron vender sus almas por un puñado de fama y dinero.
Cada uno que obre como le salga del toto,
pero desde luego que me quedo con mi vida sencilla y humilde
que con todo ese lucro insustancial.
Es una vergenza nacional que esta gentuza sea portada. Estan propagando valores frivolos y nos están acostumbrando a verlo normal.
Un beso, Isa.
Eso último que comentas es lo más triste y preocupante de todo, que todas estas cosas se vean normales e incluso deseables :-(
EliminarYo también me quedo con mi vida sencilla y humilde, la dignidad que no nos la quite nadie :-)
Besos!!!
La verdad es que sí, dan mucha pena, sobre todo los niños, no puedo evitar pensar en ellos, que son los que verdaderamente van a sufrir del egoísmo y la caradura de sus padres y/o madres.
ResponderEliminarUn saludo
Siempre son ellos los que se llevan la peor parte, y los que pagan el pato :-(
EliminarUn beso, Bego!
Muy buena crítica querida amiga. Hay una revista en Lima en donde suelen aparecer todas las madres del espectáculo, quienes a los pocos meses (a veces al mes!) de dar a luz ya están en cuatro patas frente al lente de la cámara (perdona el ser tan explícita, pero es cierto, así aparecen), mostrándose como madres modelo que saben conciliar muy bien el cuidado de su bebé con su trabajo 24/7 en televisión. Pero de todas las frases que he escuchado, la que nunca podré olvidar es la siguiente: "Los músculos de mi abdomen eran tan pero tan fuertes, que cuando quedé embarazada, mi panza no creció mucho, ni se me notó". En qué mundo estamos???
ResponderEliminarJa, ja, ja, sería un chiste en la línea de "yo nunca hago dieta, yo como de todo, es que tengo buena genética" :-D
EliminarLo triste es que existen personas influenciables que se lo pueden creer!