DE CÓMO EL INFANTE SE ESCAPÓ DE LA TRONA Y SE PRECIPITÓ AL VACÍO
La
experiencia más funesta vivida con la trona Stokke la protagonizó mi hijo
mayor, que a sus tiernos 9 ó 10 meses (hace cinco años, más o menos) ya daba
muestras de una preocupante inclinación al escapismo.
Los
hechos sucedieron así: después del desayuno, le dejé sentado en la trona
mientras iba un minutito a hacer unas gestiones al cuarto de baño. No tardé en
oír el ruido estruendoso de un golpetazo, corrí a la cocina, y allí me lo
encuentro tirado cuan largo era en el suelo, llorando desconsoladamente.
Gracias
a Dios no le pasó nada (salvo el golpe, el susto y el disgusto), ni fracturas,
ni esguinces, ni chichones ni morados.
Comentando
el episodio con algunos, me miraban con recelo y decían “que lo había sentado
mal”, a lo que yo replico que no, que lo que sucedió es que nuestro primogénito
ha sido siempre bastante menudito, y sus piernas, aunque largas, no son lo que
se dice muy rollizas. Y se conoce que el muy aguililla consiguió doblar una
pierna (sin dificultad), hecho lo cual, el resto es coser y cantar: me apoyo en
esa pierna, me giro un poco, saco la otra pierna, me ayudo con las manitos, me pongo de pie, y… voilá! Libre como el sol cuando amanece.
Ni
que decir tiene que a partir de ese momento, si tenía que ir al baño llevaba al
niño en la trona y lo colocaba en la puerta, al alcance de mi vista (y de mi
mano).
Respecto
al episodio de escapismo, intuyo que mi hijo no ha sido el único aprendiz de
Houdini, pues actualmente Stokke vende, entre otros accesorios para la trona,
un arnés de seguridad para sujetar a las fieras. Lo cierto es que no sé si ya
lo comercializaban cuando nos regalaron la trona, pero lo que no tenían era lo
que ahora llaman “baby set”: “barra plastificada ajustable y un respaldo a
juego”. El respaldo lo tenemos, sí, pero la barra no era de plástico y ancha, sino,
como podéis ver en las fotos, de madera estrechita y con una cinta de cuero
entre las piernas.
Así
que si alguien tiene, o hereda, o le regalan, o compra una trona, que se
asegure que no sea pro-escapismo como la nuestra, que no le quite el ojo al
niño de encima, o que le compre un arnés de seguridad!!!
CUANDO EL PELIGRO PARECE LIGERO, DEJA DE SER LIGERO (Sir Francis Bacon)
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