jueves, 27 de septiembre de 2012

QUIERO UNA CAPA DE INVISIBILIDAD

DE CÓMO A VECES ME DAN GANAS DE OLVIDAR AQUELLO DE "NO A LA VIOLENCIA", Y PREFERIRÍA SER COMO LOS SUPERHÉROES, SIN ESCRÚPULOS, SIN REMORDIMIENTOS, Y SIN LIMITACIONES


Imagen sacada de Google
La quiero para estar con mis niños en el colegio. 
Para seguir a mi hijo mediano a su clase, y comprobar si es cierto que deja de llorar cuando me marcho y le meten a rastras en su aula. Tengo que saber cómo calman su disgusto, y cuánto tiempo duran sus suspiros. Si le consuelan con cariño o si le ignoran hasta que se tranquiliza. Si le dejan tirado en el suelo, bañado en lágrimas y mocos, o intentan levantarle con amor y limpiarle con cuidado. Tengo que descubrir si hay silla de pensar, o silla negra, o cualquier otro tipo de asiento dañino, vergonzante y maligno; y en cuanto tenga ocasión, a la hoguera de San Juan con ella.


Pero confieso que la quiero también para usarla con fines perversos. Para convertirme en una superheroína, de esas que dialogan poco y reparten mucho. Una superheroína repartidora de collejas. 
Seguiría también a mi hijo mayor. Para darle una colleja (o dos) al niño que a veces le empuja y le molesta en la cola de la entrada, ante la mirada impasible de su madre (ya se sabe, "son cosas de niños, no hay que meterse, que lo resuelvan entre ellos"; por cierto, otro par de collejas para ella). Para darle dos (o tres) collejas a la listilla de turno (¿tiene que tener una al lado en cada curso?) que se burla de sus trabajos, y los tilda de "porquería" mientras auto-alaba los suyos (dos collejas más para los padres de la criatura, por no enseñarle a distinguir entre educación y sinceridad, y por confundir el fomento de la autoestima con la ausencia de humildad). Y tres collejas más para el "niño popular de la clase", tan ejemplar él que se dedica a descalificar a sus compañeros, a reírse de ellos y a insultarles (mega-colleja para sus padres, menos cartillas Rubio y más empatía, menos fútbol, y más educación).
Quiero esa capa. Y que incluya capacidad de vuelo, supervelocidad, e hiperdestreza collejil. La quiero. La necesito. Así que, por favor, Harry Potter, préstame la tuya.

P.S. Acepto también la de Frodo Bolsón.

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