miércoles, 31 de julio de 2013

DEAR MR. SPIELBERG

Dear Mr. Spielberg: 
Que me he enterado de que anda usted a vueltas con la cuarta entrega de Parque Jurásico, y hombre, yo creo que ya va siendo hora, que la última fue en el año 2001, y a este paso Sam Neill se va a hacer demasiado viejo para andar corriendo delante de velociraptores. 

upnorthgeorgia.org
Me ha dado por suponer que tan significativa demora pueda deberse a problemas técnicos, o de presupuesto (cosa que dudo), o de guión, o de efectos especiales. Pues no se preocupe, porque aquí tenemos la solución a cualesquiera sean sus males: le ofrecemos nuestra casa y nuestros talentos para rodar la película



Olvídese de complicados efectos digitales y de costosos animatronics. Aquí tendrá a su disposición una variedad inimaginable de figuras de dinosaurios. Cierto es que para rodar tendrá que recurrir a la técnica clásica de stop motion de Ray Harryhausen, pero qué mejor tributo que este para el gran genio de los efectos especiales.


craveonline.com
Reconozco que de vegetación para el decorado no andamos sobrados, a no ser que consideremos como tal la lechuga de la nevera y las mini-plantas moribundas de la cocina (pistacho chino y petunia), pero tal circunstancia puede resolverse sin problemas ambientando la acción en una urbe (Jurassic Park IV: Panic in The City, por ejemplo).
Del guión se encargarán rápida y gustosamente el Mayor y el Mediano, si bien no garantizamos que en la trama no aparezcan carreras de aviones, persecuciones de coches de Cars, o destrucción de edificaciones construidas con piezas de Lego o Mega Bloks.



En cuanto al sonido, disponemos de tres especialistas en gritos, rugidos, y sonidos guturales varios, que lo mismo pueden servir para poner voz a personas, como a animales en general, y dinosaurios en particular.
Estos tres profesionales se prestarán sin dudar para labores de actuación, ya sea como paleontólogos experimentados (basta con ponerles una barba), empresarios adinerados (basta con un poco de gomina y un atuendo pijo), damiselas en apuros (basta con una peluca y un vestido), científicos excéntricos (bastan unas gafas de sol), mercenarios aguerridos (bastan un puro en la boca y una cinta en la frente), o incluso para dar vida a algún espécimen de dinosaurio (basta una máscara reptiliana y un disfraz).
Y en lo que respecta a la música, si John Williams no está por la labor, ejecutaremos nosotros mismos la melodía con nuestras voces, las armónicas del abuelo, las maracas de Fisher-Price y el teclado de Winnie The Pooh.



De los honorarios nos encargaremos los adultos, porque los tres artistas que hay en mi casa son muy capaces de vender su talento por un puñado de chuches o cuatro sobres de cromos de National Geographic.

Si nuestra propuesta le resulta interesante, póngase en contacto con nosotros para ultimar los detalles y cerrar los términos del negocio.
Sin otro particular, reciba un cordial saludo.

martes, 30 de julio de 2013

HOY TOCA PELI: UP

DE LAS PELIS QUE VEMOS CON LOS NIÑOS


gifss.com
En las últimas semanas a mis niños les ha dado por ver la película Up muchas veces. Y cuando digo muchas veces me refiero a una y otra vez, un día sí y otro también, hasta el punto que se saben los diálogos de memoria, y juegan a repetir las escenas. ¿La más reproducida? Sin duda, la del encuentro entre el anciano Carl Fredricksen y el niño Russell. Se parten de la risa. Y yo, que queréis que os diga, me parto también, aunque sufro por si con tanto abrir y cerrar de puertas algún dedito o algún pie sale damnificado. 


La película es del año 2009, y aunque creo que no es una de las más reconocidas por el público infantil, sin duda debido a su total ausencia de merchandising (¿alguien ha visto algún muñequito de los protagonistas por ahí?), para mí es sin duda una de las mejores de Disney-Pixar de todos los tiempos, tanto para niños como para adultos (me viene a la cabeza Wall-E, de los mismos creadores, que si bien para adultos no está mal -aunque particularmente me pareció un tanto soporífera- para niños creo que resulta un peñazo en toda regla).

¿Por qué les gusta a mis niños? 
Porque sale Russell, un explorador intrépido de 8 años, un pájaro fabuloso de colorines llamado Kevin, globos, casas voladoras y perros habladores. Porque hay acción y aventura. Y por cosas como ésta: 


La escena mítica del hoyo

¿Por qué me gusta a mí?
Porque sale el señor Fredricksen, un viejo gruñón y cascarrabias que emprende, en su casa voladora, un viaje iniciático que le llevará a concluir una aventura (la de vida con su esposa Ellie) e iniciar otra junto a un niño y un perro; y consigue abandonar su vida rutinaria, monotóna, triste y gris, y empezar una alegre, movida y activa.
Porque la película comienza con el Noticiario Cinematográfico (una especie de NODO a la americana) narrado por la voz inconfundible de Matías Prats, el del telediario! :-D
Porque es una película en la que todos los detalles, por insignificantes que parezcan, tienen su importancia y su porqué: desde la pelota de tenis del andador al audífono, desde el globo azul de helio hasta la chapa de zumo de uva. No hay escenitas de relleno, ni momentos prescindibles. Todo está en su sitio, todo encaja a la perfección, y todo cuanto aparece cumple un objetivo. Nada queda en el aire (nunca mejor dicho), ni se deja al azar.

¿Qué no les gusta a mis niños?
La verdad es que pensaba que la historia de amor de Carl y Ellie les iba a hacer llorar, pero se ve que en ellos el sentimentalismo aflora por otras causas. Así que, lo único que no le gusta al Mayor es que "la he visto un millón de veces", pero sigue viéndola cada vez que el Mediano la pide, y disfrutándola.

¿Qué no me gusta a mí?
Pienso que tiene momentos de auténtico dramón. Aparte de la magistral escena que recoge toda la vida de una pareja en menos de cinco minutos (que me encanta, y que soy incapaz de ver sin mojar la pestaña), encuentro la vida de Russell muy triste. El niño, al igual que el anciano, vive pendiente de alguien que no está a su lado: para el señor Fredricksen es su difunta esposa, y para Russell es su padre, que nunca tiene tiempo para él, al que -en palabras de una tal Phyllis (¿novia/nueva esposa/secretaria del padre?)- le da mucho la tabarra porque intenta hablar con él, al que echa mucho de menos, y que incumple sus promesas (como la de ir a la ceremonia de las insignias). Con todo, estas pinceladas de infancia traumática quedan diluidas en la trama, y desaparecen cuando finalmente el señor Fredricksen asume el rol de padre.

La frase
La que Ellie le dedica a su esposo en el libro: "Gracias por la aventura. Ve a vivir otra nueva", que nos invita a no anclarnos en el pasado, a no vivir en los recuerdos, por muy buenos que éstos sean, porque eso no es vivir. Y nos hace ver que muchas veces la aventura no está en explorar mundos perdidos, ni en descubrir especies ignotas para la ciencia, sino en el día a día de una vida compartida con alguien a quien se ama.

El tráiler



La escena
La escena por excelencia de esta película es la que mencionábamos antes, la que refleja toda la vida del matrimonio formado por Carl y Ellie. Una escena sin diálogos, pero acompañada de una música tan perfecta y maravillosa que no me extraña que ganase el Oscar y no sé cuántos premios más.

   
En mi opinión, Up es una película excelente. Si no la habéis visto, os invito a hacerlo, pues seguro que no os defraudará. Y si alguien se ha quedado con ganas de más, os dejo el enlace a la wikipedia AQUÍ, donde (además de destriparos toooda la película) encontraréis curiosidades como que las voces originales son de Ed Asner (¿os acordáis de la serie Lou Grant?) y Christopher Plummer (el patriarca de la familia Trapp de Sonrisas y Lágrimas), que el físico del sr. Fredricksen se basó en Spencer Tracy, o que las Cataratas Paraíso están inspiradas en las montañas de los tepuyes en Venezuela.


¡¡¡La aventura... nos espera!!!

lunes, 29 de julio de 2013

EL CLUB DE LAS PETULANTES CASADAS

DE AMIGAS SOLTERAS Y PETULANTES CASADAS

fashionbite.co.uk

Tengo una amiga que vive en el Reino Unido. Allí trabaja, imparte conferencias, hace de voluntaria en un festival de cine de Bollywood, practica el tiro con arco... ah, y también ultima los detalles de esa tesis doctoral que está a punto de ver la luz. En vacaciones, por lo general, vuelve a Galicia a ver a sus padres, a su director de tesis, ¡y a sus amigas! A mis niños les encanta que venga a casa, les gusta oírle hablar en gallego, o en cualquiera de los tropecientos idiomas que sabe, y que cuente "cosas inglaterranas", como dijo una vez el Mayor, porque "ella sabe mucho". 

Suya (o más bien de su abuela, creo) es la expresión, que tanta gracia me hace, "esa naricita rellena de praliné" para referirse a los mocos resecos y visibles, y suyo también es el nombre de "El Club de las Petulantes Casadas". Está inspirado en una novela cuyo título ahora no recuerdo (alguna de Jane Austen, tal vez), y con él alude al conjunto de individuas que piensan que una mujer, si no está casada ni tiene hijos, no tiene ocupaciones importantes en la vida
Las Petulantes Casadas, por tanto, tienen carta blanca para hacer y deshacer a su antojo, y piensan que las no-casadas tienen la obligación de someterse a sus horarios, conveniencias y rutinas. 
¿Que han quedado contigo a una hora, y no se presentan, y no avisan? Pues oye, no se te ocurra reprocharles ni decirles nada, porque ellas tienen un marido y una casa que atender, no como tú, soltera ociosa y vividora, sin responsabilidades en la vida. 

Porque Las Petulantes Casadas debe pensar que todas las mujeres solteras en la treintena son niñas de papá (cual hijas de la Preysler), que viven del aire (y de la Visa de mami) en un apartamento de superlujo con criada y mayordomo, sin más preocupación que ir megaconjuntadas a la fiesta de alguna ricachona con cara de plástico y nombre de perro, o salir divinas de la muerte en el reportaje vomitivo e hiperphotoshopeado del ¡Hola! Se deben pensar que el dinero crece en los árboles, y que el trabajo te lo dejan en el buzón, que la comida viene hecha y que la ropa se plancha sola.

¿Y cómo se te ocurre no tener hijos? ¡Que ya vas teniendo una edad! Las Petulantes Casadas con inclinaciones opusinas se echan las manos a la cabeza. El arroz, el reloj biológico, el Tic-tac... ¿te suenan de algo? ¿Qué excusa es esa de no tener marido/novio/compañero? ¿No sabes que ahora existen las donaciones de esperma, y las clínicas de inseminación artificial? Es que desde luego... 

Escucho las (espeluznantes) historias de mi amiga con Las Petulantes Casadas, y un escalofrío recorre mi cuerpo. 
Liberanos, Domine, de caer en las garras de semejantes elementas, y liberanos también de caer en el influjo pernicioso de la Petulancia.

viernes, 26 de julio de 2013

UN DÍA TRISTE EN GALICIA


Onte debía ter sido un día alegre para Galiza. Un día de festa conmemorando o Día da patria galega. Mais a celebración volveuse en loito, e a alegría en tristura. Unha vez máis, chove en Santiago, mais esta vez en forma de bágoas.   

Ayer debía haber sido un día alegre para Galicia. Un día de fiesta conmemorando el Día de la patria gallega. Pero la celebración se tornó en luto, y la alegría en tristeza. Una vez más, llueve en Santiago, pero esta vez en forma de lágrimas.




miércoles, 24 de julio de 2013

UN PREMIO EN VERSIÓN ZEN

¿No es una monada? Mirad qué premio tan cuco me ha entregado la sin par Mukali. Se trata del Liebster Blog Award en versión Zen. Lo cierto es que tengo muchos más premios pendientes de agradecer, pero siguiendo el sistema LIFO (last in, first out) pues voy empezando por el último recibido.
Otro día, si tengo inspiración y ganas, seguiré con el resto.

Se supone que ahora tengo que compartir once cosas sobre mí misma, así que allá voy.

1. No entiendo muy bien esto de los premios blogueriles. Bueno, lo entiendo pero no lo comparto. Cuando empecé mi andadura en este mundo, encontraba blogs que avisaban que no recibían premios (en plan "no se admiten perros"), y en aquel momento no lo comprendía, y me parecía raro, raro. El tiempo fue transcurriendo, y llegaron mis primeros premios, y recuerdo que me hicieron muchísima ilusión. Pero luego algo pasó, vino una época en la que empezaron a entregarme premios personas que prácticamente no conocía de nada, con las que coincidía remotamente en algún carnaval y alguna vez me habían dejado un comentario perdido "de cortesía". Y la ilusión se transformó en una extraña sensación de "me premian por compromiso", dejando un regusto amargo. Porque no es lo mismo que te entregue un premio alguien que te lee, que te comenta con mayor o menor frecuencia, pero con cariño (porque eso se nota), que lo haga alguien que no te ha leído en la vida, que ha visto tu blog en la lista del carnaval, y como "tiene que" pasarle el premio a x número de blogs, pues "le toca" al tuyo. Y esto es lo que no comparto. El premiar por premiar, por seguir la cadena, porque hay que cubrir el cupo. Me encantan los premios de los blogs amigos, el resto los recogeré por educación, pero no con entusiasmo.
2. Me da repelús tocar la tortuga, y cada vez que me toca limpiar la tortuguera (cosa muuuy frecuente) me pongo guantes para sacarla.
3. Tengo los sentidos del olfato y el gusto peculiarmente desarrollados, y esto, lejos de ser algo positivo, en muchas ocasiones es una auténtica maldición. No soporto el olor de la fritada, ni de la cebolla ni del ajo en mis dedos (me pongo guantes de látex para manipularlos), ni de los estornudos. Tampoco soporto los olores cebollajo-pescadiles de la nevera (o el congelador) que acaban impregnándose en alimentos deliciosos como mantequilla, tartas, helados, flanes, o postres con nata o crema, confiriéndoles un sabor asqueroso e intragable.
4. Tengo muuuy poca paciencia. Y la poca que tengo la guardo para mis niños. Pero la timidez vence a la impaciencia, y con los extraños soy muy mansa (y abusan de mi buen carácter, como me dijeron una vez). 
5. Mi nivel de tolerancia a la estupidez es cada vez menor. Y me pongo de los nervios con los personajes estúpidos de las televisión, sobre todo los que aparecen para darle comicidad al asunto. A mí no me hacen gracia, sino que me desesperan, de verdad que no puedo con ellos. Me gustaría poder cruzar la pantalla y tirarles un zapato.
6. Me encantan las series de la tele, y me encanta verlas de noche con el Papi, porque sola no me presta. Ahora mismo estamos viendo Breaking Bad, Spartacus, Glee y Vikingos.
7. Últimamente me ha dado por los sándwiches de mantequilla de cacahuete con mermelada de fresa. La culpa es de Walter White, el protagonista de la serie Breaking Bad, que los prepara y consume con frecuencia.
8. En mi móvil suena Stereo Hearts, de Gym Class Heroes y Adam Levine. Cada vez que suena mi teléfono tengo a tres infantes gritando "¡Te llaman!". Si la canción suena por la radio, ídem: "¡Te llaman!"
9. No soporto los bichos voladores. Especial aversión les tengo a las polillas, que ahora en verano tienen la fea costumbre de colarse en la ropa que saco del tendal. Me paralizan. Dame una araña patilarga y peluda, y no una polilla. Que sepáis que vuelvo a lavar la prenda en la que se posaron, por si acaso dejaron huevos, o algo, allí. Qué ascazo.
10. Estoy en contra de la llamada discriminación positiva (por muy positiva que le pongan, si es discriminación no puede ser buena) de las mujeres. Tampoco me gusta la ultracorrección política imperante que atañe al uso del llamado lenguaje no sexista. Me parece una tomadura de pelo, una falta de respeto, y un insulto. Como mujer, no me siento más apreciada ni valorada porque alguien diga ciudadanos y ciudadanas, españoles y españolas, o padres y madres. En eso quedan las políticas de apoyo a la mujer, en la duplicación inútil de sustantivos y adjetivos, y en NADA MÁS. Y situar a alguien por encima de los demás por el mero hecho de pertenecer a un colectivo tradicionalmente despreciado, sin valorar si lo merece o no... apaga y vámonos. Y en este país -tristemente- se da mucho esto: cantidad de artistas sobrevalorados y multipremiados por ser gays, o por ser mujeres que escriben poesía erótica en gallego, o por ser mujeres que se dedican a la política. Por ejemplo.  
11. Por fin he aprendido a poner la marca de agua a mis fotos. ¡Hurra!

No me ha quedado claro a cuántos blogs tengo que pasar este premio, así que aquí van cuatro blogs amigos:
Marga de Mundo sin gluten de Marga.
Arusca de Contras y Pros.
Paola de Muriel y yo.
Sra. Díaz de Sra. de Díaz.

sábado, 20 de julio de 2013

MÁS DE UN AÑO CON EL BLOG

EL PRIMER CUMPLE-BLOG

Resulta que estaba convencidísima de que había empezado con esto del blog en agosto del año pasado, y hete aquí que no, que la primera entrada data del 12 de julio de 2012. 
Ya ha pasado, por tanto, algo más de un año desde que me puse a escribir sobre las andanzas de mis criaturas, mis opiniones, mis ideas, mis pensamientos y mis desbarres sobre la maternidad, sobre la vida, sobre lo que me pasa por la cabeza.
He releído la primera entrada que escribí, se titulaba "Quiero que mis hijos sean felices", y era una especie de carta de presentación, o declaración de intenciones, y no cambio ni un ápice de ella. Por eso me gustaría volver a compartirla con vosotros, los pocos pero escogidos seguidores de este blog :-D Muchas gracias a todos por estar ahí, por el tiempo que dedicáis a leerlo, y por los comentarios que me dejáis al final de cada post, los cuales, de verdad, me alegran más de lo que os podéis imaginar, y me animan muchísimo a seguir escribiendo y compartiendo mis vivencias con vosotros. 
¡¡¡Os quiero!!! :-) 

DE CÓMO UNA MADRE DECIDIÓ CONVERTIRSE EN UNA BUENA MADRE

Quiero ser una buena madre. De esas que se preocupan tanto por sus hijos que se dedican en cuerpo y alma a cuidarlos. De esas que los bañan, les hacen la comida y los llevan al parque. De esas que les compran ropa y los llevan al colegio. 
Pero no me basta con eso. 
Quiero que cuando sean mayores no tengan nada que reprocharme. Ni falta de cariño, ni exceso de disciplina. Ni burlas, ni incomprensión, ni favoritismos, ni comparaciones. Ni mano dura, ni ausencia de normas. Que no tengan que disculpar mis errores atribuyéndolos a la ignorancia, a lo que mandaba el médico o a lo que se hacía por costumbre. Que no tengan que recriminarme cobardía ni dejadez, indolencia ni comodidad, miedo ni desconocimiento. 
Quiero, al fin y al cabo, que cuando sean jóvenes, adultos, e incluso ancianos, al echar la vista atrás recuerden su infancia con verdadero cariño. No con nostalgia fingida, la que edulcoramos con el paso de los años, engañándonos a nosotros mismos. Hablo de recuerdos sinceros, gratos, que perduran, que causan una sonrisa tierna, reconfortan el alma y llenan el espíritu. Hablo de felicidad.
Y es que quiero que mis niños sean niños felices. Para que sea lo que sea que les depare la vida el día de mañana, por muy seco, duro y árido que sea el futuro, tengan siempre en la memoria y en el corazón un refugio, un oasis, un rinconcito donde volver a ser niños, donde volver a ser felices.

"La mejor forma de hacer que los niños sean buenos es hacer que sean felices"  Oscar Wilde


viernes, 19 de julio de 2013

VIERNES DANDO LA NOTA: CHRIS CORNELL

hipersonica.com
Si alguien se pregunta ¿quién es este paisano? Pues se llama Chris Cornell, y saltó a la fama como el vocalista de un famoso grupo grunge de los 90 llamado Soundgarden. Confieso que nunca han estado entre mis predilectos, peeeero hete aquí que hace unos siete añitos fue el encargado de la canción de la esperada película del entonces nuevo James Bond: Daniel Craig. La peli en cuestión, Casino Royale, me encanta (una que es muy bondmaníaca), Daniel Craig también y la canción mucho más!


miércoles, 17 de julio de 2013

EL FÚTBOL, EL NUEVO OPIO DEL PUEBLO

DE FÚTBOL Y FRIKIS

No acabo de comprender la paradójica, omnipresente e irracional pasión futbolera de este país. Paradójica, porque si alguien se pone a presumir de España fuera de algún evento deportivo, es motivo más que sobrado para ser tachado de facha o fascista (al menos en mi ciudad esto es así); omnipresente, porque está en todos lados, en la tele, en la calle, en la publicidad... y también irracional, porque muchos abrazan este deporte como un devoto fervoroso se aferra a sus creencias. 

Y no penséis que odio el fútbol, ni mucho menos (¡Forza Depor!), sólo que no me gusta ni un ápice todo lo que este mundo conlleva cuando la obsesión se traslada al universo infantil. 
En primer lugar, no acabo de entender a los padres que, nada más dar sus primeros pasos, le ponen al crío un balón en los pies, no para que juegue y se entretenga de forma sana, sino con la intención y la esperanza de que se dedique profesionalmente a ello (inciso: lo mismo es aplicable a los que se empecinan en que sus hijos sean estrellas de la música, del cine, reinas de la belleza o primeras figuras de cualquier deporte, y para ello les amargan la existencia y les arruinan la infancia y de paso, la vida).

youtube.com
Tampoco soporto el endiosamiento de los jugadores, ídolos a imitar sin tener en cuenta sus vidas fuera del campo, si son unos libertinos pendencieros, o violentos, o ludópatas, o drogadictos, o chulos engreídos, o ignorantes atrevidos, o vete tú a saber qué (se me vienen a la cabeza nombres y apellidos de futbolistas, nacionales y extranjeros, para todas y cada una de estas categorías). ¿De verdad queremos que nuestros hijos sean como ellos, por mucho dinero que ganen, y por mucho harén de modelos/actrices que tengan?
Y lo que peor me parece de todo es la obligatoriedad de que a los niños les tenga que gustar el fútbol. A día de hoy parece que es imprescindible y necesario. Aún recuerdo cuando algunos se empeñaron en que mi niño Mayor coleccionase cromos de fútbol: le compraron el álbum y varios sobres, e intentaban "inculcarle" el interés con argumentos tan convincentes y poderosos como "a todos los niños les gusta, tienes que ser como los demás". Todo en vano, por supuesto, pues lo único que han conseguido es exacerbar todavía más su aversión al balompié. 

inazumaeleven.tv
Y ten por seguro que si a tu hijo no le gusta darle pataditas a un balón, la ignominiosa maldición del frikismo caerá sobre él: inevitablemente será el friki de los dinosaurios, o el friki de los libros, o el friki del violín, o el friki de la música clásica, o el friki de los bichos (en cambio nadie dice el friki del fútbol, qué curioso). Y luego ves a los niños no-frikis, esos que por supuesto van a clases de fútbol, y ves que no tienen más conversación que alineaciones de equipos, jugadas y partidos, y descubres que muchos de ellos son más egoístas que los demás (pero ¿no fomentaba el trabajo en equipo?), demasiado (por no decir asquerosamente) competitivos, con un mal perder increíble (¿dónde está eso del fair play?), y tramposillos que no veas (lo de tirarse en el área para simular penalty debe ser asignatura troncal). 


¿Es esto lo que les enseñan en las escuelas deportivas? Pues apaga y vámonos. 
Me quedo con mis frikis.

martes, 16 de julio de 2013

LA PEPPA SE PASA TRES PUEBLOS

 DIBUJOS ANIMADOS Y ¿FEMINISMO?

¿Os imagináis unos dibujos animados donde la madre de la protagonista apareciese como alguien más bien torpe, simplón, vago y despistado, a la que su hija le llamase tonta y le dijese que tiene la barriga muy gorda? 
Yo no. Saltarían de inmediato todas las alarmas:  veo declaraciones de políticos, boicot en los medios de comunicación, declaraciones del defensor del espectador, intervenciones del gobierno, acusaciones de la oposición y masas enfervorizadas e indignadas exigiendo la inmediata retirada de semejante producto televisivo (y de paso, la cabeza de los responsables en una pica). ¡¿Qué ejemplo están dando a los niños?! ¿Qué nefasta imagen están dando de la mujer? ¡Sexistas! ¡¡Machistas!! ¡¡¡A la hoguera!!!
Pues hete aquí que tales dibujos existen, que son famosísimos, que los echan en la televisión pública, que los emiten en tropecientos países y que han recibido un porrón de premios internacionales. Pero un momento... ah, no, no pasa nada, el gordo vago y tontorrón es el padre. Aquí no ha pasado nada, vuelvan a sus vidas, ciudadanos.



Sí, amigos, hablo de la inefable cerdita Peppa Pig. Y sus compañeros hadas y duendes, de El Pequeño Reino de Ben y Holly, de los mismos creadores que la pequeña gorrina, siguen este camino. A Papá Pig, Peppa le suelta un "pero qué tonto eres" en casi todos los capítulos (y nunca nadie se lo reprocha, por cierto), cuando no aparece como un inepto que no sabe interpretar los mapas y se pierde al conducir, o tirado en el sofá viendo la tele porque le encanta no hacer nada. Y el Rey Cardo, papá de Holly, es un vago que necesita que la sirvienta le haga los hechizos más absurdos como preparar té y tocar música, cuando no aparece como el único que se ríe de un chiste para peces que tienen el cerebro muy pequeño.  

A mis hijos les encantan estas dos series de dibujos animados, están muy bien hechas y todo lo demás, pero para mi gusto esto desentona un poco (o un demasiado). Para colmo, leo en la wikipedia que la serie de Peppa Pig desató cierta controversia porque los personajes iban en el coche sin cinturones de seguridad, y en bici sin casco, por lo que hubo airadas protestas y cambiaron algunas escenas. A mí que me perdonen, pero creo que más estúpidos no se puede ser. Seguimos a vueltas con la ultracorrección política de siempre: ¡el casco! ¡el cinturón! ¡que nadie salga fumando! ¡que nadie salga bebiendo! ¡a promocionar alimentos saludables! Pero faltar al respeto a uno de los progenitores... qué más da, mientras no sea a la madre!!!

En fin, no voy a prohibir a mis hijos ver estas series, también ven Chicken Town, Fanboy y Chum Chum, y Los Pingüinos de Madagascar; si pretendiera que sólo vieran cosas edificantes más me valdría tirar la tele por la ventana. Pero quería comentar esto que me llevaba rondando en la cabeza un tiempo, porque tanta estupidez pseudofeministoide, política y socialmente aceptada, me resulta cansina. Y porque alguien tiene que ponerse del lado de Papá Pig y el Rey Cardo. ¡Ánimo, chicos!

viernes, 12 de julio de 2013

VIERNES DANDO LA NOTA: ALANIS MORISSETTE

Hoy traigo una canción muy conocida de los años 90 (no sólo de los 80 vive la música), titulada You Oughta Know, de Alanis Morissette. 
El disco al que pertenece, Jagged Little Pill, siempre estará entre mis favoritos, me encantaban tooodas las canciones incluidas en él, y me las sabía tooodas de memoria.
Es una canción de desamor, o más bien, de cabreo porque el chico la ha dejado y rápidamente la ha sustituido por otra.
¡Espero que os guste! 




miércoles, 10 de julio de 2013

LA MATERNIDAD DE LA A A LA Z: I DE INDIGNACIÓN




No sé si es por la maternidad, o porque me estoy haciendo mayor, pero lo cierto es que cada día que pasa me indigno más y más con ciertas situaciones y conductas.

Me indigno sobremanera con los padres que se quejan de sus hijos: que si no sabes lo que es aguantarle, porque no para y debe de ser hiperactivo (ya sabéis la ligereza con la que se usa este término, la misma con la que se diagnostica, esto también me indigna, por cierto); que si no sabes el engorro que es no poder dejarle con nadie, que llora todo el tiempo preguntando por su mamá; que si no sabes el follón que es tenerlo en casa todo el día en verano, que no tengo ni un segundo para mí y estoy deseando que llegue septiembre, y menos mal que lo enchufo quince días en un campamento urbano, medio mes con una abuela y tres semanas con la otra (matizo: me indigno cuando este comentario viene de madres que, como yo, no tenemos un trabajo remunerado fuera del hogar, y poseemos el privilegio de poder estar con nuestros hijos durante las vacaciones); que si no sabes el trastorno que supone no poder salir de noche por culpa de los niños; que si no sabes el fastidio que es tener que estar pendiente de él las 24 horas al día... pues mira por dónde, sí que lo sé. Es más, muchas de estas cosas ya las sabía incluso antes de ser madre (eso de que los hijos demandan atención y cuidados, por ejemplo). Pero lo acepté y lo asumí con responsabilidad y gusto, como una persona adulta, de lo contrario me habría comprado un perro, una muñeca o un tamagochi. 
Me indigna la tan manida frase todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, y el hecho de que esta sentencia justifique cualquier comportamiento de esos padres, legitimado además, por los principios de libertad, tolerancia y respeto. Son los famosos "yo educo a mi hijo como me da la gana", y "nadie me dice cómo educar a mi hijo". El único límite parece ser el maltrato físico, ahí sí se puede juzgar, acusar y condenar, "¡Mira qué mala madre, que le ha dado un cachete a su hijo!", pero que nadie se atreva a juzgar a la que deja a su hijo delante de la televisión ocho horas seguidas, a la que se desentiende de su hijo en el parque, a la que enseña a su hijo a ser un caradura, a la que aplaude cuando su hijo hace daño a los demás, a la que presume de la agresividad y malicia de su hijo, o a la que le apunta a todas las actividades extraescolares posibles (en contra de los deseos del niño) para tener tiempo libre. Eso sólo son distintas "maneras de educar", todas lícitas, y todas permitidas, y nadie tiene derecho a decir nada en contra, so riesgo de quedar como un intolerante (y esto, en nuestra sociedad, ya sabéis que es lo peor que uno puede ser).
Me indigna la gente que cree conocer a tus hijos mejor que tú, que cree saber qué es lo que mejor les conviene y cuál es la mejor manera de tratarles. Gente que no duda en contradecirte de obra o de palabra, gente que contraviene tus deseos y tus indicaciones, gente que parece olvidarse de quiénes son los padres. 
Me indignan tantas y tantas cosas, que podría escribir una docena de posts sobre ello; pero para resumir sólo diré que, en definitiva, me indigna todo aquello que hace daño a mis hijos en particular, y a los niños en general, y me indigna todo aquello que contribuye a que nuestra sociedad esté cada vez más enferma, confundida y podrida.


viernes, 5 de julio de 2013

VIERNES DANDO LA NOTA: ALICE IN CHAINS Y SKIN.

Hay que ver cómo van cambiando los gustos. Antes detestaba el repollo, y ahora me encanta. Lo mismo con el jamón serrano. Y lo mismo con la música.

Cuando era más joven me aficioné a un grupo grunge llamado Alice in Chains. Me encantaban, tenía (y aún tengo) todos sus discos, fotos en la carpeta, vídeos grabados, etc. etc. El otro día quise ponerles alguna canción de ellos a mis niños, pero me parecieron tan tristes, tan deprimentes, tan oscuros, que de verdad que no fui capaz. Os dejo el vídeo de una de las canciones que antaño tanto me gustaban.


En las antípodas de Alice in Chains estaba otro de mis grupos predilectos, los británicos Skin (otro de esos grupos ingleses que no conoce nadie), que a mí particularmente me alegran, me levantan el ánimo y me dejan con una sonrisa en los labios. Hacía muchísimo que no los escuchaba (el CD andaba criando polvo) y pensar que antes los ponía un día sí y otro también! Nunca había visto un vídeo de ellos (antes no existía YouTube) y ayer me dio por buscar algunos. Os dejo el de la primera canción que escuché de ellos, la que ponían en la radio y me enganchó desde las primeras notas. Este sí que se lo puse a mis niños.

Bueno, no me deja poner el vídeo, así que ESTE es el enlace. Los muchachos gastaron tanto en espuma para los rizos que luego no tenían para unas camisetas :-)

¡Espero que os guste!

miércoles, 3 de julio de 2013

LA MATERNIDAD DE LA A A LA Z: Z DE ZARRAPASTROSA

GLAMOUR VS EFICIENCIA, MODA VS OPERATIVIDAD


Hay palabras que de por sí suenan tan mal que nos dan una idea de que su significado es cualquier cosa menos bonito. Palabras cacofónicas, se llaman, (o en cristiano, palabrejas feas de caray). Y pienso que un buen ejemplo de ellas es el "zarrapastrosa" que hoy nos ocupa. 
Sin duda existe ya mucha literatura blogueril sobre este tema, pero no me resisto a aportar mi granito de arena.

Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando comprende que por mucha laca o fijador que lleve su peinado, por muy long lasting que sea su maquillaje, por muy waterproof que sea su rímel y por muy permanente que sea su barra de labios, no tienen nada que hacer contra los labios y las manitas, con frecuencia húmedas o pringosas, de un niño dado a estrujar, acariciar, espachurrar y besar la cara y el cabello de su madre. Así que, por no acabar pareciendo Krusty el payaso, esa madre opta por reducir el uso de cosméticos a la mínima mínima mínima expresión.
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando su hijo le rompe los pantys recién comprados con los malditos velcros de los zapatos. Desde entonces esa madre aprende a no volver a gastar 20 euros en unas medias que probablemente no duren íntegras más de 20 minutos, (y también a no sentar a ningún niño en sus rodillas cuando lleva medias de cristal).
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando se da cuenta de que las uñas tan esmeradamente pintadas no son compatibles con abrir ridículos envoltorios de chuches infantiles, ni con los mecanismos de engranaje o apertura de algunos juguetes.
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando desiste de llevar pendientes largos (porque manos diminutas ya le han roto más de uno), nada colgando del cuello (mucha marca de Tous, pero el dichoso cordoncito negro se rompe como los demás), y nada de glamourosas gafas de sol que sin duda acabarán, en el mejor de los casos, llenas de mini-huellas dactilares, saliva y mocos, y en el peor, con una patilla de menos o un cristal roto de más.
shoerazzi.com
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando comprueba que ni las plataformas, ni las cuñas, ni los stilettos, ni los tacones de 15 centímetros son operativos para correr detrás de un niño con tendencia a cruzar la calle sin mirar y sin darle la mano a nadie, ni para pisar el suelo mullido del parque, ni la zona de arena, ni las rejillas, ni para empujar un carrito de bebé cuesta arriba (ni cuesta abajo) en una pendiente de más de 45 grados, ni para subir escaleras con un niño de 20 kilos dormido en los brazos (corrijo lo de los 15 centímetros: con que superen los 5 ya son inviables). 

Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando se da cuenta de que el lamparón que dejan las papillas regurgitadas, los mocos resecos, o los restos de gusanitos de color naranja y sabor a queso no se camuflan con el estampado del vestido ni de la blusa. Tampoco cuelan como diseños de print animal. (Y las calcomanías de las chuches que tu niño se empeña en ponerte no pasan por un tatuaje decente, por mucho que ahora le llamen "tattoo").
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando descubre que es muy mala idea llevar minifalda o vestidos cortos cuando se tiene una criatura de corta estatura, por la que hay que inclinarse muchas veces y agacharse otras tantas (a no ser que a una le dé por el exhibicionismo, o bien consiga el patrocinio de una marca de bragas).
mytheresa.com
Una madre se convierte en zarrapastrosa cuando renuncia al maxibolso y al clutch, pues no hay manos suficientes para llevar el primero, y en el segundo no cabe ni la tarjeta sanitaria del niño (mochila o bandolera, amiga fiel).

Pues sí. Muchas madres parece que nos hemos convertido en zarrapastrosas, en mujeres andrajosas, desaliñadas y rotas (definición de la RAE). Pero nada más lejos de la realidad. Simplemente somos madres prácticas. Nada glamourosas, quizá poco trendys, pero cien por cien operativas
Y para compensar, nuestros hijos siempre nos ven siempre hermosas, y a poco que nos arreglamos nos sueltan aquello de "mami, pareces una princesa". Y sonreímos, y nos lo creemos, porque sabemos que es verdad.  


martes, 2 de julio de 2013

LA ENTRADA NÚMERO 100

Dice el Blogger este que la de hoy es la entrada número 100. Y resulta que, casualidades numéricas de la vida, estos días sobrepasamos el umbral de las 10.000 visitas (¡hurraaa!). 
Así que creo que esto bien se merece una entrada especial.
¿Y qué puede haber más especial que mis tres niños, mis tres churumbeles, mis tres tesoros? Os dejo una foto que les hizo mi hermano hace dos meses, cuando nos fuimos todos a una boda. Sin ellos no existiría este blog, sin ellos mi vida sería infinitamente más triste y vacía. ¡Os quiero muchísimo, chicos!

lunes, 1 de julio de 2013

CUESTIÓN DE CÁLCULO

SOBRE LA MAGIA DE LOS NÚMEROS Y OTRAS CURIOSIDADES NUMÉRICAS FAMILIARES

Odio las Matemáticas. Y mira que no me gusta utilizar la palabra odiar, porque es muy fea, pero es que es así. Es un aborrecimiento profundo, un rechazo visceral, una repulsa nacida en la tierna infancia que se ha ido afianzando firmemente en mi valle de la aversión con el correr de los años, a golpe de imposiciones estúpidas, suspensos variados y una sucesión de profesores de esta asignatura básicamente inútiles (con muy contadas excepciones). 
A día de hoy aún sigo esperando que alguien me explique qué utilidad real y práctica tienen las raíces cuadradas y los logaritmos neperianos, o para qué porras me sirven en la vida diaria (a mí y a la gran mayoría de la población) las derivadas, las integrales, los límites, que x tienda a infinito o la maldita demostración del número e. No quiero ni recordar la de lágrimas, broncas, horas perdidas, sentimientos de fracaso e inutilidad total, más lágrimas, disgustos, y más broncas que me costó "aprender" todos esos saberes matemáticos; y uso las comillas porque no lo considero aprendido realmente, sino tan sólo retenido en mi cabeza el tiempo justo y necesario para aprobar la asignatura, para posteriormente expulsarlos de mi cabeza como quien va al cuarto de baño a aligerar su cuerpo de una pesada, maloliente y dañina carga y luego tira de la cisterna (perdón por este escatológico símil, pero me ha salido del alma).

Y a pesar de todo, veo una magia especial en los números. 
Mi preferido es el 7: nací un día 7, a las 7 de la tarde, de un mes 6 (mecachis), de la década de los 70. También me gusta el número 5: nací en un año acabado en 5, mi marido me lleva 5 años, nos casamos un 2005, y en casa somos 5. 

Y ahora que hablamos de números, me gustaría compartir con vosotros una pequeña curiosidad numérica familiar: Nuestro primer hijo nació un otoñal domingo del año 2006, y exactamente 808 días después, nació el segundo. Y exactamente 807 días después, nació el tercero. Ni que lo hubiéramos calculado con el ábaco del pingüino Kowalski.   
Así que el cuarto hijo que no tuvimos tenía que haber nacido (por aquello de seguir la serie) el pasado 15 de junio, cuando se cumplían 806 días del nacimiento del Pequeño. Pero no fue así. Papi, que nos han fallado los cálculos. Será que soy de letras:-D