Mostrando entradas con la etiqueta trona. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trona. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de agosto de 2012

TENGO UN ESCAPISTA EN CASA

DE CÓMO EL INFANTE SE ESCAPÓ DE LA TRONA Y SE PRECIPITÓ AL VACÍO


La experiencia más funesta vivida con la trona Stokke la protagonizó mi hijo mayor, que a sus tiernos 9 ó 10 meses (hace cinco años, más o menos) ya daba muestras de una preocupante inclinación al escapismo.
Los hechos sucedieron así: después del desayuno, le dejé sentado en la trona mientras iba un minutito a hacer unas gestiones al cuarto de baño. No tardé en oír el ruido estruendoso de un golpetazo, corrí a la cocina, y allí me lo encuentro tirado cuan largo era en el suelo, llorando desconsoladamente.
Gracias a Dios no le pasó nada (salvo el golpe, el susto y el disgusto), ni fracturas, ni esguinces, ni chichones ni morados.
Comentando el episodio con algunos, me miraban con recelo y decían “que lo había sentado mal”, a lo que yo replico que no, que lo que sucedió es que nuestro primogénito ha sido siempre bastante menudito, y sus piernas, aunque largas, no son lo que se dice muy rollizas. Y se conoce que el muy aguililla consiguió doblar una pierna (sin dificultad), hecho lo cual, el resto es coser y cantar: me apoyo en esa pierna, me giro un poco, saco la otra pierna, me ayudo con las manitos, me pongo de pie, y… voilá! Libre como el sol cuando amanece.
Ni que decir tiene que a partir de ese momento, si tenía que ir al baño llevaba al niño en la trona y lo colocaba en la puerta, al alcance de mi vista (y de mi mano).

Respecto al episodio de escapismo, intuyo que mi hijo no ha sido el único aprendiz de Houdini, pues actualmente Stokke vende, entre otros accesorios para la trona, un arnés de seguridad para sujetar a las fieras. Lo cierto es que no sé si ya lo comercializaban cuando nos regalaron la trona, pero lo que no tenían era lo que ahora llaman “baby set”: “barra plastificada ajustable y un respaldo a juego”. El respaldo lo tenemos, sí, pero la barra no era de plástico y ancha, sino, como podéis ver en las fotos, de madera estrechita y con una cinta de cuero entre las piernas.
Así que si alguien tiene, o hereda, o le regalan, o compra una trona, que se asegure que no sea pro-escapismo como la nuestra, que no le quite el ojo al niño de encima, o que le compre un arnés de seguridad!!!


CUANDO EL PELIGRO PARECE LIGERO, DEJA DE SER LIGERO (Sir Francis Bacon)

lunes, 13 de agosto de 2012

COMPRAS (Y REGALOS) ÚTILES I: LA TRONA DE STOKKE®

DE CÓMO EL COJÍN ACABÓ DESTROZADO 
POR UNA TIJERA DE CORTAR PESCADOS Y CARNES


Cuando nació nuestro primer hijo (allá por el año 2006), nos regalaron un sinfín de cosas. Una de las más útiles fue la famosa trona Tripp Trapp®  de Stokke, en color naranja, con su cojincito de rayas de colorines, que ha pasado ya por tres niños, y sigue en perfecto estado (salvo el cojín, claro).

No voy a descubrir aquí las bondades de esta trona (que, por cierto, ha cumplido 40 años, ¡felicidades!), sino comentar una de mis dos funestas experiencias con ella.

Uno de los pocos fallos que le veo a esta trona es el sistema que tiene para poner y quitar el cojín: hay que desmontar el asiento (por no decir la trona entera), lo cual en caso de apuro no es muy práctico. Y esos casos de apuro sobrevienen cuando al niño le da por vomitar en fuente, o por cagarse por la pata abajo (literalmente), desbordando el pañal, manchando  cuerpo, ropa y cojín. Y hay manchas que no hay toallitas que puedan con ellas, y toca quitar al niño y meterlo en la bañera, y quitar el cojín y meterlo en la lavadora. 

Uno de estos episodios acaeció con mi segundo hijo. No recuerdo si era vómito o caca, pero tanto el bebé como el cojín se mancharon completamente, perfumando de paso toda la estancia. 

Decidí que la tijera de la cocina estaba más a mano que el destornillador (ponte tú a buscar el maletín de las herramientas, y el bebé todo sucio llorando en tu regazo, y a ver quién lo encuentra, y el otro niño deshaciéndose en arcadas "mamá, qué mal huele", y a ver cómo se desmonta, y el bebé que quiere teta, y el niño que intenta coger el taladro y el serrucho...). 

Así que corté por lo sano, y me cargué el cojín. 

Y digo yo que igual que han mejorado otros aspectos de la trona, ¿por qué no han hecho nada con éste?. ¿Será que el resto de usuarios de la trona son niños la mar de pulcros? ¿O tendrán madres más diestras a la hora de montar y desmontar muebles?



"Lo que se necesita principalmente es habilidad en lugar de maquinaria."
Wilbur Wright

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Contador Web