lunes, 20 de mayo de 2013

MAMÁ, PUPA: DOLOR DE CADERA (SINOVITIS TRANSITORIA)


Hace bastante tiempo que tenía en mente escribir sobre esto, en concreto desde antes de Semana Santa, que fue cuando acaecieron los hechos. 
El Peque acababa de recuperarse de un episodio de codo de niñera (del que ya hablé aquí), pero había reenganchado con una otitis (de las temibles Batallas del Antibiótico hablaré en otro momento). El Mediano, por su parte, andaba aquejado de un leve virus estomacal de esos que le incrustan a uno en la taza del W.C. Y en esta Semana Fantástica no podía faltar alguna dolencia en el Mayor. 
Llaman por teléfono del cole, diciéndome que al niño le duele una cadera, que se ha caído o no sé qué (la conserje no lo tiene muy claro). Allá voy con el Peque en la sillita, presta al rescate. Y cuando llego me encuentro a mi primogénito (que no se había caído) literalmente retorcido de dolor: le dolía una cadera al enderezarse, al apoyarse sobre esa pierna, al caminar. La profe me cuenta que lleva así un buen rato, y con muy mala carita. Así que lo siento en la MacLaren, y con el Peque un rato en brazos, y otro rato caminando, llegamos al pediatra (no sin tiempo). Por supuesto, no faltaron los comentarios de varios y desconocidos transeúntes en plan "¡Qué vergüenza! ¡El mayor en la silla y el pequeñito andando!", "Señora, es que el mayor está enfermo, y cuanto antes cierre esa bocaza que no dice más que gilipolleces, antes llegaremos al médico". Esto no lo dije, porque una es muy educadita y comedida, ¡pero vaya si lo pensé! Un día de estos dejaré la educación en casa, y en lugar de una sonrisa y amables explicaciones (que ni merecen, ni tengo por qué dar) mi boquita empezará a soltar insultos, improperios, y todas cuantas ordinarieces se me pasen por la cabeza.
Como decía, llegamos al centro de salud sobre las 13:30, pero nuestro pediatra ya no estaba (¡Viva el horario de algunos funcionarios! ¡Viva!). Pero otro amabilísimo pediatra que sí estaba no tuvo ningún problema en atendernos.
"¿Qué te pasa?", le pregunta al Mayor. Y el Mayor va y rápidamente salta de la silla y se pone de pie, mientras dice que no le duele nada! Yo en plan tierra trágame/no entiendo nada. El pediatra, sin duda hombre experimentado en lo suyo, le dice al Mayor que camine. Y el pobre, al intentarlo, arrastra una indisimulable cojera que acaba delatándole: el pobre tenía pánico al médico.
"Quita el pantalón y túmbate en la camilla", le dice. Y él, llorando, se negaba y se resistía. Conseguí calmarle un poco, y finalmente se tumbó. El pediatra le examinó y dio su diagnóstico: Sinovitis Transitoria de Cadera
¿Mande? En mi vida había oído tal cosa, ni conocía la existencia de tal dolencia. Se trata de una inflamación del tejido sinovial de la cadera, que se resuelve sola en pocos días (os dejo un enlace con más información aquí), sin más tratamiento que reposo y antiinflamatorios si fuese necesario. Afecta sobre todo a niños entre 3 y 8 años (el mío tiene 6), y entre las causas está el haber tenido previamente un catarro (u otro proceso infeccioso similar, como sí había tenido nuestro niño). Si al cabo de unos días el dolor no desaparecía, habría que volver para un examen más profundo, ya que existen otras enfermedades mucho más terribles que presentan los mismos síntomas. Pero a nuestro hijo, gracias a Dios, se le pasó volando. 
Consiguió un par de días extra de vacaciones, varios sobres de cromos de National Geographic, y cantidades ingentes de besos y mimos:-) 

13 comentarios:

  1. ¡Ay que sustos dan los peques! Menos mal que no fue seria la cosa.

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    1. Sí, lo peor fue no el no saber lo que le podía pasar, porque era una dolencia totalmente desconocida para nosotros. La cantidad de enfermedades que hay por ahí y de las que no tenemos ni idea! Un beso:-)

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  2. Menos mal que en pocos días correrá sin parar!. Ante los comentarios externos no des entrada prestando atención, porque desde que contestes, te harán el siguiente comentario. No habrás la puerta a tu interior a personas que juegan a la doble moral. Han utilizado contigo el cuento del viejo, el burro y el niño. Si no te lo has leido, te lo recomiendo. ; )

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    1. No conozco ese cuento, tendré que buscarlo! Y este episodio ya fue antes de Semana Santa, ya le pasó de todo:-) Un beso

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    2. Acabo de leer el cuento, es buenísimo! Tal cual lo que nos pasó a nosotros, ja, ja. A ver si un día de estos lo pongo en el blog, porque es un cuento excelente! Gracias por recomendármelo! :-D

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    3. Me alegro de que lo leyeras. Muchas veces la gente utiliza esa doble moral del cuento. Espero que te haya ayudado y no dar pie a los chismes de nadie. Cuídame al niño! Besos!

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  3. La primera ver que hoy que algo así existe. Me lo apunto porque el Mayor es casi de la edad del tuyo, no vaya a venirme un día con lo mismo...
    Me alegro de que se le pasara y no fuera a más. Él encantado con sus mini vacaciones y sus cromos extra, pero imagino lo mal que lo tuviste que pasar tú.
    Besotes, guapa.

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    1. Yo tampoco lo había oído en mi vida, pero ya ves. Y el disgusto, acrecentado por las insinuaciones de meningitis de alguna! Un beso:-)

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  4. Lo mejor era escuchar al Mayor decir lo que tenía con carita de circunstancias jejeje.... pobrecitoooo!!!!!
    Lo importante es que quedó en una aventura para él (un susto para la family) y que ahora está fenónemo!!!
    Besitosss

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  5. Espero que ya se haya recuperado del todo de esa cadera, pobre!!!

    jejej, me ha hecho gracia lo de que decía que no le dolía nada y tu: tierra trágame!!jajaj, los niños y sus ocurrencias.

    Besos.

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    1. Reconozco que a mí en seguida me sobreviene el "tierratragamiento"! Supongo que se me quedaría cara de panoli, menos mal que no me vi! ;-) Un besazo

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