SOBRE LAS HERIDAS DE GUERRA DE MIS PEQUEÑOS
Este de la foto es mi hijo Mayor, cuando todavía era "el único". Corresponde al verano antes de cumplir 2 años, y como podéis ver, andaba con el brazo vendado (y con el chupete colgando, por cierto, pero esa es otra historia).
Se había caído de un columpio, desde muy poca altura, en un parque con suelo "blandito", pero con la mala fortuna de que "cayó mal" y se hizo una fisura en el codo. Allá nos pasamos casi todo ese verano con el bracito vendado a cuestas. Recuerdo cómo se quejaba por el picor, y recuerdo también el show de la hora del baño: habíamos comprado en la farmacia una funda para que no se mojara el vendaje, pero aún siendo talla pequeña le quedaba gigaenorme, (ya nos había avisado la farmacéutica, que nos lo recogió amablemente y nos recomendó el método casero y tradicional de la bolsa de plástico).
Y ahora, casi un lustro después, la historia se repite.
¿Cómo explicarle a unos niños de 6-7 años que no es buena idea subirse a un taburete colocado encima de un banco de madera, aunque sea para recuperar un balón perdido? Eso fue lo que hicieron el Mayor, su primo, y un amigo en un cumpleaños el sábado pasado. Se subió el amigo, y nada. Se subió el primo, y nada. Se subió mi hijo, y patapof!! Caída libre contra el banco de madera, sobre su muñeca izquierda. Gritos y lágrimas, quejidos y lamentos, arnidol y bolsa de hielo, colito de mami y besos, la muñeca que se empieza hinchar, y fin de fiesta en Urgencias.
Le examinan, le hacen una radiografía, y efectivamente, tenemos una fisura en el cúbito, cerca de la muñeca. Le han puesto una férula y se lo han vendado, y anda con el brazo en cabestrillo.
Lo malo -para él- aparte de la evidente falta de movilidad que le impide jugar en los parques como solía, es que no se libra de ir al cole, ni de escribir (cosas de ser diestro), ni de bañarse (con el correspondiente show de la bolsa de plástico). Lo bueno es que no le duele demasiado (sólo se quejó las tres primeras noches, le dimos paracetamol y fue suficiente), que se libra de hacer gimnasia (ahora que andaban practicando el pino y el pino-puente), y que ha aprendido a jugar al Angry Birds en el móvil de Papi, y pegar los cromos de National Geographic, todo con una sola mano! Y lo mejor es que ayer su querida Anita le dio un beso en el brazo vendado, al despedirse en el parque;-)
En fin, que en tres-cuatro semanas, si todo va bien, le retirarán el vendaje, y volverá a trepar por los columpios, y a encaramarse a sitios elevados y peligrosos. Como hacen todos los niños. Aunque tengan caídas aparatosas, y lleven grandes porrazos, y les avises, y les prevengas, y les prohíbas, son niños y lo seguirán haciendo.