DE CÓMO LOS VIRUS HAN ESTADO CAMPANDO POR NUESTRA CASA EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS
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Estos últimos quince días los niños han estado pachuchos. No todos al mismo tiempo, claro, sino uno tras otro. Así de ordenados son nuestros hijos. Abrió nuestro particular Festival Carnavalesco de Virus el Mediano, que un lunes decidió que la hora de cenar era un buen momento para vomitar la comida del mediodía. Con esta actitud pasó la noche, y como era de esperar, el martes fue una vomitona continua. El pobre Mediano era un hombre pegado a una bolsa de plástico (no sin antes haber regado convenientemente el sofá y el foam del suelo), y allí estaba, tirado en el sofá, bien acurrucadito, sin fuerzas siquiera para moverse. El miércoles la cosa mejoró: dejó de vomitar, pero continuó en el sofá, tan apagado, tan débil, sin apetito, subsistiendo con media kritita y un mordisco de plátano ("¡A saber cuántos kilos habrá perdido!", se quejaba algún exagerado). Y el jueves, como por arte de magia, despertó al son de "¡Teno mucho hambre!", y allá se fue corriendo a la cocina a desayunar lo de siempre, como si nunca hubiera pasado nada. Así que el viernes, día de la fiesta de Carnaval en el cole, estaba sano, contento, y dispuesto a ir disfrazado de vaquero.
La alegría duró poco. A última hora de la tarde, el Mayor empezó a encontrarse mal. Dolor de cabeza, desgana, décimas de fiebre, mocos. No le fue mal la noche, pero se pasó el sábado -cómo no- tirado en el sofá, bien acurrucadito, con ojos llorosos y un grifo por nariz. Eso sí, con su disfraz de vampiro puesto. Por fortuna, no hubo vómitos. El domingo continuó recuperándose, y el lunes, la normalidad volvió a instaurarse en el hogar.
Y claro, el martes de Carnaval, le llegó el turno al que faltaba: el Pequeño. Fiebre alta, irritabilidad, llanto inconsolable, falta de apetito, y mocos. Pasó el día y la noche a base de teta y Dalsy, tirado en el sofá, bien acurrucadito, pero sólo si mami se acurrucaba a su lado. El miércoles remitió la fiebre, y el jueves ya sólo había mocos.
Así que estas fueron nuestras vacaciones de Carnaval, un mezcladillo de vampiros y vaqueros, vómitos y fiebres, orejas y filloas*, ibuprofeno y mocos, lacón y grelos*, mimos y sofá.
*Orejas, filloas, lacón con grelos: comidas típicas del Carnaval en Galicia, gracias a las abuelas y a algunos tíos por preparárnoslas!
P.S. A día de hoy, tanto el Mediano como el Pequeño (así como la madre que los parió) han vuelto a coger uno de esos virus (se ve que les tienen cariño), que se manifiestan en forma de mocos, mocos y más mocos.
P.S.2: Por si no había quedado claro, nuestro sofá es terapéutico.
Espero que mejoréis pronto todos. Veo que el padre se ha librado. Cuidaos mucho y como receta médica, mucho sofá, que parece un buen remedio!
ResponderEliminarSaludos! :-)
De momento se ha librado, sí, pero en cualquier momento puede caer :-) Gracias y un saludo muy grande!
ResponderEliminarMenos mal que los pequeños ya se están recuperando, y la mami también!! dentro de nada llegará el solete y seguro que se irán todos estos virus maléficos :-)
ResponderEliminarBesitossss
Eso espero!!! :-)
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