lunes, 3 de febrero de 2014

LA DELGADA LÍNEA BLANCA (O DE CUANDO SE ME QUEDA CARA DE TONTA)




En la entrada del colegio de mis niños hay varias puertas de acceso. Por las del flanco izquierdo entran los de Infantil. Por las del derecho, los de 1º y 2º de Primaria. Y el resto, por las del medio.
Los pequeños de Infantil cuentan, además, con varias líneas pintadas en el suelo, de azul o rojo, que delimitan las filas en las que los alumnos se colocan por curso y aula. Así, los de 3 años A tienen su propia fila para entrar, los de 3 años B la suya, al igual que los de 4 años y que los de 5. Luego está la línea blanca, que delimita el perímetro alrededor de las filas de los niños. Se supone que esa línea es la barrera tras la que los papás, abuelos, cuidadores, o demás adultos responsables debemos permanecer tras dejar a los niños en su fila. El espacio es reducido, y la visibilidad escasa. Y la educación de algunos adultos, más escasa todavía: la mayoría de padres respetamos la línea, pero siempre hay algún listillo, algún avezado, algún aguililla que no sólo la traspasa, sino que practicamente se planta en la fila de la clase, como si fuera un alumno más. Y hete aquí que SIEMPRE son los mismos. Y allí quedamos el resto, tras la línea blanca, con cara de tontos, mientras los "guays", los "atrevidos", los "inconformistas" y los "rompedores" van a colocarle la horquillita en el pelo a la niña, que se le ha torcido (y ya se quedan, para qué moverse), o a darle cuatrocientos cincuenta besos al niño, o a atusarle el flequillo, o a simplemente estar ahí, pegado a su hijo, dificultándonos la visión a los demás ("¿Viste si entró mi hijo?", "Sí, creo que vi entrar a alguno de rizos"), y de paso molestando y metiendo el culo en la cara al resto de niños (porque queda a la altura, porque el espacio es limitado y porque la multitud de infantes aprieta). Y no se te ocurra decirle a alguien que se aparte de la fila, pues -como le sucedió a mi marido- puede saltarte a la yugular algún Machomanfather o alguna Broncamother para montarte un follón.
Así que permanecemos detrás de la delgada línea blanca, y nos encomendamos a la Providencia para que el niño que dejamos en la fila acabe finalmente entrando en el cole, y no cambie de opinión y dé media vuelta, y que nadie vea nada entre tanto adulto maleducado y caradura.
Y otras veces pensamos "hay que ver qué clase de madre soy, qué poco quiero a mi hijo, que no estoy en la fila con él sobándole y besuqueándole hasta que llega a la puerta".
Y recordamos las notas que se cansan de mandar desde la dirección del centro, y las palabras de las profesoras, y las de la jefa de estudios para que los padres dejen sitio a los niños, y comprobamos cómo todas caen en saco roto.
Y salimos del colegio, y en el camino de vuelta nos cruzamos con dos o tres padres -SIEMPRE los mismos- que van con toda la parsimonia del mundo a llevar a sus hijos 5 ó 10 minutos después de la hora, y tú que has madrugado con los tuyos, que has tenido que correr, acelerar, y andar con mil prisas, sonríes y saludas, y sientes que -otra vez- se te pone cara de tonta.
Y constatas, una vez más, que el mundo está en manos de los listillos, de los que piensan que están por encima de normas, de líneas, y de horarios. Y sabes que sus hijos muy probablemente imitarán y perpetuarán este comportamiento caradura, insolidario e irrespetuoso, mientras que los tuyos, muy probablemente, acabarán heredando el comportamiento cívico, el intentar hacer bien las cosas, y la cara de tonto.

12 comentarios:

  1. llevas toda la razón, me has devuelto a mi época de cuando llevaba a mis hijas al cole y yo pensaba lo mismo que tu.

    muchos besos.

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    1. Pues esta mañana lo mismo, un día y otro día y otro día... qué costará tener un poquito de educación!
      Besos!

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  2. Efectivamente Isa.
    Me has refrescado la memoria porque estas historias me son muy familiares. Tambien está la madre que llega 5 o 10 minutos tarde (supermona ella) y luego no se despega del niño/a ni de la ventana en otros 15 minutos más.
    Lo malo es que estos comportamientos es que seguirán perpetrandose
    a través de los siglos de los siglos porque como tú dices
    va en la persona y en la responsabilidad o frescura.
    Y eso se sigue heredando.

    Un beso y paciencia.

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    1. Es que de verdad que a veces me sorprende la caradura del ser humano...
      Con las madres supermonas me parto, yo si consigo salir sin legañas y con los dientes limpios me conformo :-D
      Y es que encima si dices algo se te echan encima!!! Y del inexistente respeto al profesorado ya ni hablamos :-(
      Besos!

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  3. Menos mal que aún quedan madres como tú que educan a sus hijos y sobre todo les dan buenos ejemplos!!
    Muchos besos

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    1. Ja, ja, a ver si alguien va a leer eso y se lo va a creer! :-D Si yo sólo pido un mínimo de "educancia", nada más!! Pero ni eso, chica...
      Besitos!! :-)

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  4. Tú sigue siendo como eres, lo haces bien. La pena es que los niños imitan y no ven nada de educación y es eso lo que transmitirán. Una pena. Tú sigue a lo tuyo. Besos!

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    1. Eso intentamos, que los niños no acaben aceptando como normal algo que no lo es!
      Besos!!! :-)

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  5. Puede que al final esos niños se avergüencen del comportamiento de sus padres y se comporten de manera distinta, no sé, es otra opción.
    Pero la verdad es que sí, que listos hay en todas partes y se aprovechan de la buena educación de los demás, de los que cumplimos las normas y hacemos caso a las circulares del colegio.
    Mi marido ya no se corta y si tiene que llamar a alguien la atención en ese sentido lo hace. Aunque contesten, que quienes lo están haciendo mal son los demás en perjuicio de los niños y el resto de padres. Yo he de reconocer que me cuesta más...
    ¡Besotes!

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    1. Veo que en todas partes cuecen habas! (y que la mala educación no tiene fronteras). Bravo por tu marido, yo también me corto bastante, es algo que me gustaría cambiar :-(
      Y tienes razón, muchos niños crecerán, analizarán el comportamiento de sus padres y harán justo lo contrario, a veces se aprende incluso de los malos ejemplos (para evitarlos) :-)
      Un beso!

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  6. Pues vengo para corroborar que este tipo de gente que se pasa las líneas blancas por el forrillo, como ya te imaginarás los hay en todas parte y que como tú bien dices: son siempre los miiiiiiismos!!!

    ... y ya pueden avisar una y otra vez, que no se coscan, que no va por ellos, eso va por los otros, por los demás... por los que no son ellos...

    En esta línea, sería bueno que alguien se animara a escribir un post sobre lo que pasa en la cola del zoo. En la cola del zoo!!!
    En la cola del zoo es donde todo jeta que se precie hace sus primeros pinitos, para aprender a colarse como un profesional emulando a sus progenitores... ¡qué morro se gasta la gente! PUAJ! ;-)

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    1. ¿En la cola del zoo? Mujer, es que estarán ansiosos por entrar para ver a sus congéneres.
      Yo tengo más experiencia en la cola del super, donde suelen armarla la ancianita no tan desvalida y con mucho morro, o el hombre con cara de "como esto es cosa de mujeres, hago como que soy tonto y no me entero y con la excusa me voy colando por delante de las marujas".
      Y ya el colmo (el colmazo, que diría mi madre) de la mala educación (combinado con la marranada supina) es el tema de las cacas de perro en la acera. ¡¡¡Me pongo mala!!! "Habría que meterles la mierda del perro en la cama a sus dueños... aunque a lo mejor hasta les gustaba" (otra frase lapidaria de mi santa y sabia madre).

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